Patrones y ataduras generacionales…
Las personas somos en gran medida, lo que mamamos, recibimos, experimentamos y vivimos de niños en el desarrollo y formación en los primeros años de vida, en el núcleo familiar o sin él, por los padres o encargados
El comportamiento de las personas refleja y representa actitudes y aptitudes de experiencias, de los ejemplos vividos y de todo un aprendizaje en la formación espiritual como base y esencia de las personas.
Como comúnmente se menciona, lo mamado desde la cuna, influye en nuestra formación, forja el carácter, y según lo recibido en términos de amor y atención, se formará el carácter y personalidad.
De aquí saldrá una persona segura y con un auto estima fuerte, que le ayudará a saber tomar las mejores decisiones en la vida, consolidando en el tiempo una madurez y sabiduría, producto de su formación y experiencias bien tratadas, desarrolladas y enfocadas en su proyecto de vida.
Como seres esencialmente espirituales, la parte de nuestro racionamiento con las emociones, son fundamentalmente relevantes en la vida. Podemos ser inteligentes, normales, poco inteligentes y hasta medio idiotas, pero la formación y lo vivido siempre impactará en nuestro comportamiento.
Un individuo que creció sin amor, con abuso y maltrato, seguramente tendrá grandes carencias espirituales, inseguridad, baja autoestima, poco o sin carácter, problemas emocionales y una actitud con complejos de inferioridad, superioridad, narcisismo, etc… un claro ejemplo son las maras y los mareros…
Oímos muchas veces; ese pobre es alcohólico, igual a su papá, y a su abuelo, o es mujeriego igual a su papá, o lo que es peor, le pega a su mujer, desde su bisabuelo, su abuelo y papá eran abusadores de sus mujeres.
Todos esos patrones se repiten de generación en generación, y no debería de ser así, pero es donde el ejemplo y lo mamado de niño, tienen un impacto importante en la persona adulta. Se repiten cada generación los mismos comportamientos y actitudes por el ejemplo vivido, a eso se le llama ataduras generacionales.
Es por ello que lo más importante en la formación de un niño, es “el amor y atención”, tratado de forma balanceada en una formación de valores espirituales sobre valores materiales, y como dice el dicho, con un poco de hambre y un poco de frío…”
Esto formará personas que apreciaran lo que tienen y sabrán lo que cuesta ganarse las cosas, basado en lo que quieren lograr en la vida. Eso les dará la sensibilidad humana necesaria para ser seres centrados emocionalmente y sabrán valorar su entorno y el bien común.
Si hablamos en términos de salud, vienen los temas como la presión alta, y el cáncer por ejemplo, que se replican en las personas de generación en generación, lo cual no es así, ni debiera ser así. Si hablamos de herencia genética, es totalmente otra cosa.
Son conceptos erróneos de las personas, si la presión alta es por mala alimentación, estrés mal manejado etc… ¡no tiene nada que ver.! ¡El cáncer si su origen es emocional, tampoco tiene nada que ver…! No es por herencia genética.
Se debe romper con malos ejemplos vividos y creencias equivocadas, mal conceptualizadas y que sin validarlas, evaluarlas ni estudiarlas, se replican de generación en generación por malas decisiones e ignorancia de las personas, se deben romper las ataduras y patrones generacionales….
Carlos A. Rodas Minondo