¿Le hicieron la camita a Arévalo?
Después de la desafortunada, incoherente y titubeante conferencia de prensa de anoche, que develó a Bernardo Arévalo como un hombre que no logra controlar sus emociones, se multiplicaron las reacciones en redes sociales.
Los detractores de Arévalo encontraron en la conferencia un tesoro generador de memes, críticas y llamamientos a la renuncia, mientras sus obsecuentes admiradores lo instan a violentar la Constitución aún más de lo que les ofreció al decir que ordenará a las fuerzas de seguridad desobedecer al Ministerio Público (MP) y «citar» a la fiscal Consuelo Porras.
Ninguna de las dos opciones es viable, porque ambas están reguladas en la Constitución y otras leyes, pero Arévalo y su pequeña corte de fanáticos insisten en anunciar que se violará la ley para deshacerse de la molesta fiscal que investiga las anomalías en las elecciones y otros actos, como posibles delitos de Félix Alvarado, cuyas propiedades fueron allanadas ayer, para desesperación y cólera de Arévalo.
Entretanto, personajes oscuros y que se saben mover cómodamente en el mundo de «las agencias de tres letras», estarían haciéndole la camita a «Tío Bernie». Según rumores, en la suite presidencial del antiguo hotel Las Américas, esta mañana se habrían reunido Karin Herrera, Henry Sáenz (ministro de la Defensa) y el titular de Gobernación, Francisco Jiménez.
El rumor asegura que en la reunión participan por zoom Edgar Gutiérrez (embajador en México), los fiscales prófugos Juan Francisco Sandoval y Thelma Aldana, además del infaltable Todd Robinson, quien seguramente actuaría como jefe o coordinador del grupo.
Cierto o no, la anécdota en cuestión ilustra lo que sucede en esta coyuntura: Karin Herrera y su grupo anhelan tomar el gobierno, ante la incompetencia del impuesto por «la embajada», quien cada vez da mayores muestras de debilidad.
Aunque Herrera fue un personaje desconocido en la política nacional hasta que la postularon para vicepresidente, su historial es de afinidad total a la izquierda. Fue una de las catedráticas que apoyó la toma de la USAC y desde el Colegio de Químicos y Farmacéuticos, emitió más de una vez posiciones ultraizquierdistas.
Pero su fortaleza no nacería de esas acciones de activismo, sino de la supuesta cercanía con Jiménez, Gutiérrez y especialmente, el nefasto ex embajador Todd Robinson, cuyo interés en Guatemala parece enfermizo.
Arévalo ha hecho lo posible por generar anticuerpos hasta de quienes lo han avalado, como Robinson. En casi un año, no cumplió ninguna de sus promesas, y por el contrario, se recetó montañas de dinero en el proyecto de presupuesto, mientras su ministro Félix Alvarado se burlaba de los guatemaltecos con la gestión del tramo Palín-Escuintla.
Lejos de combatir la corrupción como prometió, la hizo crecer contratando a personajes incompetentes que están desbaratando la administración pública. Y eso lo sabe Robinson, quien buscaría renovar el régimen impuesto por el Departamento de Estado avalado por la UE.
Esto, para que cuando asuma Donald Trump, los «demócratas» chapines no tengan que avergonzarse y puedan presentar a interlocutores que no harían ruido al próximo gobernante estadounidense. Está por verificarse si el rumor es real y si funciona la supuesta intención de defenestrar al más débil para colocar piezas mucho más fuertes.
Un indicador interesante sobre la solidez o fragilidad de Arévalo será el dictamen de la Comisión de Finanzas sobre el presupuesto. Sin embargo, dicha comisión dilata la entrega del dictamen. Si resultara favorable, significará que «buenos vientos» siguen soplando para el emotivo funcionario. Si lo rechazan o posponen la aprobación hasta fin de mes, Arévalo tendrá que apechugar con el presupuesto actual (ya de por sí extremadamente alto, pero que según él, no le alcanzará para comenzar la segunda edición de «la primavera».
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