La procesión de la Virgen del Rosario: una tradición viva en Xela
Este jueves 26 de septiembre, Quetzaltenango vivirá uno de los eventos más esperados del año: la tradicional procesión de la Virgen del Rosario, una manifestación de fe que ha trascendido generaciones y se ha consolidado como un símbolo cultural y religioso en la ciudad.
Redacción
Desde muy temprano, cientos de feligreses y visitantes se reunirán en el corazón de Xela para acompañar a la venerada imagen de la Virgen del Rosario en su recorrido por las calles, un evento que destaca no solo por su solemnidad, sino por su profunda conexión con la historia y el patrimonio de la ciudad.
Cada año, la procesión es una oportunidad para que la comunidad quetzalteca reafirme su identidad. Es común ver a devotos que participan portando estandartes, acompañando la imagen con oraciones y cánticos, mientras las calles se llenan de adornos florales y luces en honor a la Virgen.
El recorrido, que pasa por el Parque Central y otros puntos emblemáticos de la ciudad, es seguido por una multitud que crece cada año, convirtiéndose en un punto de encuentro para familias enteras.
Todo listo para el tradicional homenaje que brindarán taxistas del Parque Central con apoyo de ciudadanos y empresarios.
La Virgen del Rosario: un ícono inseparable de Quetzaltenango
La leyenda narra que la imagen de la Virgen del Rosario llegó a la ciudad en tiempos de la colonia, cuando los españoles, al intentar trasladarla a la antigua capital, Santiago de los Caballeros, descubrieron que la carreta que la transportaba se detuvo misteriosamente en Quetzaltenango. Se interpretó como una señal divina de que la Virgen deseaba quedarse, marcando el inicio de una devoción que perdura hasta hoy.
La imagen de la Virgen del Rosario, venerada en la Catedral del Espíritu Santo en Quetzaltenango, es una obra de arte sacro de gran belleza y misterio. Tallada en madera y adornada con finos detalles, su rostro sereno y majestuoso ha capturado la devoción de generaciones de fieles.
La procesión de la Virgen del Rosario no es solo un acto de devoción, sino una celebración de la identidad quetzalteca. Con más de dos siglos de tradición, este evento sigue siendo un reflejo del arraigo cultural y espiritual que une a los habitantes de Quetzaltenango, manteniendo viva una de las expresiones más profundas de la fe en Guatemala.