La política migratoria de Reagan…decisión de un verdadero estadista
MSc. Mario Mérida
Ronald Wilson Reagan fue el presidente No. 40.º de EE.UU. (1981-1989). Durante su gobierno se incrementaron los conflictos armados en Latinoamérica, principalmente en Centro América, con mayor énfasis en el Salvador y Guatemala, que provocó un buen número de migración hacia ese país.
Reagan estaba consciente de que la lucha armada estaba ideologicamente vinculada con intereses nacionales norteamericanos y la Guerra Fría. Así, lo hizo ver en uno de los tantos discursos al respecto. No obstante, durante su administración la ayuda militar para nuestro país fue insignificante, hasta quedar suspendida por el presidente Bush (padre). Reducción que no fue aplicada a Honduras, El Salvador y la Contra nicaragüense. La escasa ayuda militar que se mencionó en algún momente en favor de Guatemala, estuvo destinada específicamente a limitar el trasiego de armas del gobierno nicaragüense a los grupos armados que operaban en Centroamérica; el combate al narcotráfico y la inmigración ilegal con destino a los EE.UU.
Sin embargo, los residentes no legales en el territorio norteamericano fueron beneficiados con una novedosa política migratoria denominada “Ley de Reforma de Control de Inmigración”, IRCA (1986) que amnistió a aproximadamente a 3 millones de indocumentados de varios países, quienes ahora serán afectados por la cancelación de los programas de reunión familiar ordenado por el Departamento de Seguridad Nacional norteamericano, para los ciudadanos de varios países latinoaméricanos, que incluye a Guatemala.
El valor de la amnistía promulgada hace 39 años se comprende, al analizar las siguientes palabras del expresidente Regan[1]: «Hemos apoyado constantemente un programa de legalización que es generoso con los extranjeros y justo con miles de personas en todo el mundo que buscan venir legalmente a Estados Unidos.
Las disposiciones de legalización de esta ley, contribuirán significativamente a mejorar la vida de un grupo de personas que ahora deben ocultarse en las sombras, sin acceso a muchos de los beneficios de una sociedad libre y abierta. Muy pronto, muchos de estos hombres y mujeres podrán salir a la luz y, finalmente, si así lo deciden, podrán convertirse en estadounidenses».
Regan hizo una posterior alusión con relación a los migrantes en su último discurso, en el que expresó: [… Hace doscientos años, los inmigrantes estaban entre los redactores de una Constitución para estos Estados Unidos. Sabían de que se trataba, pues comenzaron esa carta de libertad y gobierno limitado con las palabras: “Nosotros el pueblo», frase que el presidente Lincoln amplio a “el Gobierno de pueblo, por el pueblo y para el pueblo”.








