La noche más fría y oscura de navidad
Manolo Morales
Para aquellas personas que tienen la oportunidad de servir en centros de asistencia humanitaria, en hospitales, cuerpos de emergencia, personal médico, enfermeros, bomberos, socorristas y voluntarios, las fiestas de navidad y fin de año dejan muchos recuerdos, algunos que se olvidan con el pasar de los días y otros que se llevan consigo el resto de su vida.
Accidentes de tránsito, incendios, eventos naturales, hechos de violencia e incluso complicaciones por enfermedad común, comprometen la salud y vida de adultos y niños que se ven afectados. Es en estos momentos que responden los equipos de emergencia, quienes son llamados en auxilio de los menos afortunados. La misión que llevan consigo los equipos de primera respuesta involucran acciones que incluyen poner a salvo al paciente, estabilizarle en el lugar de la emergencia y trasladarles a los centros asistenciales en donde el personal médico hospitalario continúa con el tratamiento avanzado de lesiones o enfermedad.
Las variables de una emergencia son complejas, lo que hace cada evento único, para responder apropiadamente las academias de bomberos brindan capacitación constante a su personal, proveen el equipo como motobombas, ambulancias y herramientas especiales de rescate. Cada profesional se especializa en su campo y la experiencia contribuye en la formación de criterios de evaluación y respuesta.
Quienes han tenido la oportunidad de encontrarse cubriendo una noche de servicios humanitario, atendiendo pacientes en una emergencia de un hospital público durante la navidad, saben lo difícil que es para un paciente que se encuentra hospitalizado, verse limitado por un padecimiento, el malestar que trae consigo, los efectos del tratamiento y la soledad en una fría cama de hospital. Los familiares que con amor se encuentran en las afueras del hospital durante la noche, pendientes del desenlace de la salud de un ser querido. Las pediatrías en donde una madre vencida por el frío, cansancio y algunas veces mala alimentación se encuentran al pie de la cama de su pequeño.
Esa fría y oscura noche de navidad recuerdan con amor y nostalgia los momentos al lado de su familia.
Dedicado a la memoria del Doctor Rolando Chew, Jefe de Trauma pediátrico del Hospital San Juan de Dios, quien cada navidad reunía a los voluntarios de las instituciones de emergencia a las cuales servía de forma honoraria, entre ellas Cruz Roja y Bomberos Municipales, siempre nos solicitó juguetes, frazadas, alimentos y compartir unas horas antes de las 12:00 con los pequeños, él doctor junto a las señoritas enfermeras les decoraban un árbol de navidad. Ahí iniciaba su camino el doctor Chew a visitar a otros niños de otras especialidades.
«Ayúdame a cambiar la noche más fría y oscura de navidad con niños», decía el dr. Chew.









