La deuda pública de hoy es la crisis del mañana
Reportaje de investigación económica, por el Economista
El ministro Menkos continúa argumentando y defendiendo su reciente colocación de bonos del tesoro en el extranjero, sin embargo, sus argumentos carecen de validez técnica, limitándose a decir que era necesario colocar en este momento debido a los requerimientos de recursos por parte de los Ministerios.
Sin embargo, de acuerdo con los datos del Sicoin al 23 de julio de 2025, la Tesorería Nacional cuenta con un saldo a favor de bonos de Q3,422.0 millones, entre lo que ya se devengó y lo que ya se tiene comprometido. Es decir, que el Ministerio de Finanzas Públicas aún tiene un colchón bastante jugoso para cubrir las necesidades de los Ministerios, por lo que no se justifica la emisión de deuda en el extranjero, o por lo menos no en este momento.
Dejando un poco de lado lo indicado, por qué la deuda pública de hoy es la crisis del mañana. En primer lugar, porque de 2016 al 30 de junio de 2025, de acuerdo con los datos publicados por el Ministerio de Finanzas Públicas, el saldo de deuda pública de Guatemala se ha incrementado en un 94.2%, pasando de una deuda de Q125,676.09 millones en 2016 a una deuda de Q244,023.86 millones al cierre del primer semestre de 2025, sin incluir la colocación del eurobono que se realizó en julio 2025.
Por si esto no fuera poco, cuando se desmenuza la composición de ese saldo se observa que el 85.8% corresponde deuda bonificada, mientras que los préstamos externos representan únicamente el 14.2%. Qué implica esto, que la política de endeudamiento, sí política, porque de estrategia no tiene nada, que han utilizado los Ministros de Finanzas Públicas ha sido la de no negociar préstamos con organismos o gobiernos extranjeros, sino agenciarse de recursos a través de la emisión de bonos del tesoro.
La interrogante que surge es por qué preferir bonos en lugar de préstamos, si al final ambas son deuda. Pues la respuesta es sencilla, han decidido que les beneficia más obtener bonos que no tienen destino específico; o como le llaman ellos, recursos de libre disponibilidad, eufemismo para decir que lo usan en lo que se les da la gana y no en lo que beneficia a los guatemaltecos, cuyas tasas de interés se posicionan arriba del 6.0%, mientras que los préstamos externos son recursos que se negocian para fines específicos, es decir, tienen candados y ya vimos que a este gobierno lo que menos le gusta es que les limiten el gasto, y por lo mismo prefieren no negociar este tipo de deuda, aunque se obtengan tasas preferenciales, en promedio menos del 5.0%.
Como resultado de este intercambio de deuda, el saldo de préstamos se redujo en 17.5% con relación al monto que se debía en 2016, mientras que la deuda de bonos internos se incrementó en 113.3% y los famosos eurobonos en 282.4%.

Ahora bien, ¿cómo repercuten estos datos directamente en los guatemaltecos? Empecemos por decir que impacta en el hecho que cada año se ha ido incrementando el monto que del presupuesto público se destina para pagar la deuda pública. En 2016 el monto pagado fue de Q10,339.9 millones, entre intereses y amortizaciones, mientras que para 2025 se tienen programados Q20,055.3 millones.
Esto muestra que en un período de 10 años, los guatemaltecos han tenido que renunciar a casi Q10,000.0 millones que pudieron haber sido destinados en mejores servicios de seguridad, de justicia, salud o educación, sin embargo se están destinando para cubrir las deudas adquiridas.
Por otro lado, al revisar a detalle cómo se ha distribuido el presupuesto destinado a pago de deuda se puede observar el pago del principal creció de Q2,615.6 millones en 2016 a una proyección de Q3,683.5 millones para 2025, mientras que el pago de intereses se ha incrementado en 112.0%, pasando de Q7,724.2 millones en 2016 a Q16,371.5 millones para 2025.

Pero ¿por qué ha sucedido esto, tanto el aumento desmedido de la deuda bonificada, como el incremento en el pago de intereses? La respuesta está en cómo desde el Ministerio de Finanzas han incluido un artículo en la ley anual del presupuesto en el cual se indica que “Adicionalmente, se faculta al Ministerio de Finanzas Públicas para que en el transcurso del ejercicio fiscal vigente proceda a emitir, negociar y colocar los Bonos del Tesoro de la República de Guatemala, de conformidad con lo que establece la presente Ley, hasta por un monto igual al de los vencimientos que se produzcan durante el periodo antes indicado…”[1].
¿Qué implica esto?, que durante todos estos años, el Ministerio de Finanzas Públicas ha vuelto a colocar los bonos que han vencido cada año, razón por la cual la deuda bonificada se ha incrementado al grado descrito. Este comportamiento lo único que demuestra es que los Ministros de Finanzas han estado jugando a patear la deuda para que la paguen los que vienen y así este terrible juego ha provocado que hoy en día los guatemaltecos hayamos visto un incremento de más del 150.0% de deuda bonificada en menos de 10 años.
Bajo este ritmo, pese a que se siga diciendo que tenemos la deuda pública más baja de Latinoamérica, se hará insostenible ya que cada año se seguirá destinando más recursos para pago de deuda (intereses principalmente), y menos para los servicios que debe proveer el gobierno.
Hoy en día vemos que un país como Francia, el cual llegó a niveles de endeudamiento insostenibles, está proponiendo realizar ciertas acciones que afectarán directamente a la población. Dentro de estas medidas proponen la suspensión de las pensiones, imagínense lo que implica que un trabajador que pasó aportando más de 30 años para su jubilación y de repente el gobierno le dice que simplemente ya no le va a continuar pagando su pensión porque necesita pagar la deuda pública, gastada en gastos corrientes principalmente y no en inversión para el país.
Es momento que reflexionemos sobre el rumbo que se le quiere dar al país, es momento que los guatemaltecos comprendamos que durante años les hemos dado cheques en blanco a los ministros de finanzas, y personas como Menkos no han dudado en mal utilizar esa confianza, al nivel de seguir endeudando al país sin justificaciones técnicas. Al ritmo que vamos que no nos extrañe que lleguemos a un saldo de deuda bonificada de más de Q300,000.0 millones y con un presupuesto destinado para el pago de deuda cercano a los Q30,000.0 millones, cifra que ni de cerca se destina para realizar infraestructura en el país.
[1] Artículo 58 del Decreto Número 36-2024.