Así que un mes sin trabajar… y siguen cobrando puntualmente
Por Julio Abdel Aziz Valdez
Este paro de maestros, que ya lleva un mes, me recuerda tanto la toma del Campus Central de la Universidad de San Carlos de Guatemala y muchas de sus sedes regionales, que por cierto duró un año, todo porque los candidatos perdedores de una elección no aceptaron los resultados finales o al menos eso era lo que decían.
¿Y por qué este paro me recordaría aquella ocupación? No hay, aparentemente, relación. En principio, ambos eventos se produjeron en entidades del Estado, y como dice el título de esta columna, durante tal evento, los trabajadores no dejaron de cobrar un solo día. Es más, a los maestros que hoy pernoctan en la plaza central junto con los cientos o miles que no están trabajando, no solo les van a pagar el salario de este mes sino un aumento que el gobierno central usó para desbaratar, según ellos, al sindicato.
Este paro aun no le llega al nivel de la ocupación de la USAC, por un año se dieron clases virtuales, y no se han hecho cálculos por obvias razones, pero esto no llego ni al 50% sin contar todas las actividades administrativas que se redujeron casi en su totalidad. Al igual que ahora, miles de estudiantes y padres de familia quedaron parados viendo como el tiempo pasa y no regresa nunca más. La paradoja, que siempre hay, es que mientras el actual gobierno condena y amenaza a los maestros, porque esta es una protesta no bendecida por la plana mayor del partido, la ocupación de la USAC más los bloqueos formaron parte de la estrategia de desestabilización por lo que aquellas “manifestaciones” eran, según la prosa revolucionaria “digna resistencia”, vaya ironía.
El problema en la USAC por contradictorio que sea es la misma autonomía, el hecho de que haya elecciones políticas en una entidad que supuestamente está por encima de esto, ya es un problema. Lo mismo es el sistema educativo nacional, solo el hecho de que el Estado sea el patrono de 135,297 maestros es ya el problema.
Cuando la educación cae en manos de políticos, la misma deja de ser el objetivo y se convierte en la vía para el poder, así es, los criterios de a quien se contrata, en donde se hace, como se hace, donde se invierte y donde no, es más que se enseña y que no, de por si refleja el enfermizo maniqueísmo del político, y quiero dejar esto bien en claro, tanto el STEG como la “disidencia” política en la USAC no luchan por cambiar esto, mas bien para mantener privilegios y alcanzar el poder para hacer lo mismo.
No importa la educación y, menos aun los estudiantes en su conjunto. Claro, el rezago educativo no importa cuando se tiene una plaza de trabajo en propiedad, imaginen mi sorpresa las declaraciones dadas por la ministra de Educación, que se encuentra de vacaciones ahorita, diciendo que estaban discutiendo la posibilidad de no pagar a los maestros faltistas, obviamente eso no se va a producir porque cuando negocien será el primer punto donde el gobierno tendrá que ceder.
El problema es el sistema educativo. Es seguir y seguir alimentando un ministerio que no sirve, y nunca lo hará, dejen de creer que el decir esto es afirmar que no nos importa la educación de los “pobres”, les cuento, aun con las clases en firme el producto no sirve y eso que los maestros cobran cada vez más, tienen derecho a préstamos, su calidad no es evaluada y pueden aumentar sus salarios solo por años de servicio, igual que la Universidad. Pregunta ¿cómo resolver de fondo y raíz esto?