La ‘B-Girl’ afgana Manizha Talash vivirá el «sueño» olímpico en París: «Cuando hago ‘breaking’ soy libre»
La ‘B-Girl’ afgana Manizha Talash vivirá el «sueño» olímpico en París 2024 como parte del Equipo Olímpico de Refugiados, después de tener que abandonar su país, en el que no se le permitía ni bailar, ni escuchar música ni salir de casa, y en el que llegó incluso a cambiarse el apellido para poder dedicarse al ‘breakdance’.
«Mi vida en Afganistán fue muy dura. Una chica cuando no tiene padre, tiene que estar con su madre, trabajar y estudiar. Cuando encontré el ‘breaking’ mi vida cambió. Cuando estoy haciendo ‘breaking’ no pienso en mis problemas, soy libre», explicó este lunes la bailarina de 21 años en rueda de prensa en la sede del Comité Olímpico Español (COE).
La deportista se mostró «feliz» por competir en los Juegos Olímpicos porque cuando estaba en Afganistán «era solo un sueño», que ahora podrá vivir. «Estoy entrenando seis días a la semana con David Moronta (preparador físico del equipo español de ‘breakdance’), en una plaza de Vallecas y en un gimnasio, y me siento fuerte», apuntó.
Talash recordó que antes de empezar en esta disciplina estudió en el colegio y trabajó en una oficina que ayudaba a las personas huérfanas que querían estudiar. El ‘breaking’ se cruzó en su vida cuando vio un video en Facebook de un chico afgano que estaba bailando girando la cabeza. «Pensé que no era real, pero después lo busqué en Google y YouTube y me di cuenta de que me gustaría hacerlo y aprenderlo», afirmó.
Tras la reinstauración en el poder de los talibanes en 2021, la afgana huyó de su país para poder dedicarse a su pasión. «Cuando estuve en Afganistán vi que el ‘breaking’ era muy peligroso para mí y para mi familia. Cambié mi apellido pero no funcionó porque las personas que estaban cerca de nosotros sabían que eran mi familia», lamentó.
«Tras la vuelta de los talibanes, me fui a Pakistán con mi hermano de 12 años, y el resto de mi familia se quedó en Afganistán porque no pudimos ir juntos por problemas», declaró. Talash reconoció que «fue muy duro» y que sufrió «depresión» en Pakistán porque estuvo en una habitación con 22 personas, y tuvo que ser «una madre» para su hermano de 12 años en ese momento.
Afortunadamente, tras un año en Pakistán, el pasado año surgió la posibilidad de llegar a España. «Creo que si no hubieran estado mis amigos en Pakistán no habría podido llegar a España», señaló, al tiempo que agradeció «a las personas que le rodean» en esta nueva etapa en España.
«A los talibanes no les gusta que las chicas hagan algo. Cuando estuve en Afganistán pusieron tres bombas cerca del club donde entrenaba. Es muy difícil para todos porque es una vida que cuando sales de casa piensas que a lo mejor no puedes volver o que es el último día. Para los talibanes no importa si eres niño o mayor, si no les gustas, van a matarte», denunció la B-Girl.
Talash: «quiero decir quién soy y de dónde soy»
«No quiero decirle nada a los talibanes porque no escuchan», sentenció la bailarina, que afirmó «estar muy feliz de poder ir a competir». «Quiero decir quién soy, de dónde soy y cómo puedo llegar aquí. Quiero decirle a las chicas de Afganistán, que no pueden hacer nada, ni estudiar, ni salir de casa, ni bailar, que yo estoy aquí para decirle a todo el mundo cómo están», aseveró.
Talash lamentó que cuando fue al gimnasio en Afganistán solo habían 56 personas, y que ella era la única chica. «Después de mí hubo como seis chicas entrenando, pero después con los talibanes, ahora no hay nadie», criticó.
La afgana confesó que en España está «bien y tranquila», y acompañada por su madre y su hermano. «Me gusta mucho España, las personas son muy amables y tengo mucha gente cerca de mí. A veces pienso que estoy en Afganistán pero con otro idioma y con los amigos lejos», indicó.
Blanco: «vas a ser una luz impresionante»
Por su parte, el presidente del COE, Alejandro Blanco, reiteró que la de Talash «es una historia de vida dura, y que tiene que ser un ejemplo para todos». El dirigente recordó que antes de los Juegos Olímpicos de Río de 2016, el presidente del Comité Olímpico Internacional, Thomas Bach, puso en marcha un equipo de refugiados, que inicialmente estuvo integrado por diez miembros, y que en París estará representado por 36 deportistas.
«Creo que el español es el Comité Olímpico que mejor ha entendido el problema de los refugiados y que más intenta ayudarlos, y que por eso, el COI nos hizo una llamada para decirnos que Manizha (Talash) estaba en España y tenía estatus de refugiada», afirmó.
Blanco explicó que la deportista vivía en Huesca y el COE consiguió la beca de la solidaridad y que se trasladara a Madrid. Para ello, necesitaron a la ‘pareja perfecta’ para que le ayudara, David Moronta, preparador físico del equipo español de ‘breakdance’, y el presidente de la Federación Española de Baile Deportivo (FEBD), Luis Vañó.
Blanco confesó que en la primera reunión que tuvieron con Talash, ella les pidió que ayudaran a su familia para que pudiese venir a España. «Hicimos la gestión con la embajada de Pakistán, y un mes después ya estaba su madre y su familia», recalcó.
A la afgana, el presidente del COE le dijo que está aquí «para participar y hacerlo muy bien», y que va a ser «una luz impresionante en ese mundo tan complicado para muchas personas». «Vas a ser una llamada de atención para todo el mundo de la situación tan dolorosa y trágica que se vive en muchos países», le expresó.
«Nos sentimos inmensamente satisfechos de que puedas representar a los deportistas, y sobre todo aquellos que creemos que, a través del deporte, se puede hacer un mundo mejor». Blanco apuntó que Talash «entrena como cualquier otro deportista español», y que intentan que esté «en las mejores condiciones».
«Cuando escuchamos a Manizha (Talash) y las historias de esta getne somos consciente de que vivimos en una exposición privilegiada y lo que tenemos que hacer es ayudarnos. Para nosotros es importante comprometernos con los refugiados. Esta es tu casa y todo lo que podamos hacer ayudarte, lo haremos», le dijo a la B-Girl.
Por último, el presidente de la FEBD, agradeció tener «la gran suerte de ser olímpicos en París», lo que ha significado «tres años de aprendizaje». «Esta última fase ha sido la mejor, porque no solo aprendes lo que es ser olímpico, sino que además hemos tenido la oportunidad de incorporar la federación a este proyecto del mundo de los refugiados», explicó.
«Para nosotros ha sido una experiencia inmejorable, creo que una de las mejores cosas que tiene el deporte es el retorno hacia la sociedad, y este es uno de los retornos que nosotros hemos podido celebrar. Estamos encantados y agradecidos a toda la gente que ha ayudado a Manizha (Talash), concluyó.