2025 poco prometedor…pero con oportunidades
Por Mario Mérida
Es momento de alejarse temporalmente de la coyuntura nacional, convertida en cotidianidad por lo repetitivo de los eventos ocurridos a lo largo del presente año y, que por cierto han terminado de hastiar y desmoralizar a los guatemaltecos, que no ven señales de que el 2025 sea diferente, a pesar de que el Banguat predice un crecimiento económico del PIB del 3.7%, lo que supera la proyección inicial del 3.5%.
El anuncio hecho por las autoridades de la banca nacional es apreciado positivamente por el sector empresarial y los organismos financieros internacionales. Ahora les corresponderá a los expertos y al gobierno convencernos de que esta oportunidad no será desaprovechada. Creer en esa posibilidad es esperanzador para los guatemaltecos, afectados por el encarecimiento de la mayoría de los productos de la Canasta Básica Urbana, CAU, cuya inestabilidad se aprecia con el sube y baja de precios, que mes de noviembre fue de Q2,161.20 y, que definitivamente se incrementará durante este mes; en que un tamal colorado se cotiza en Q 18.00 y uno negro en Q 25.00 … con la justificación de que todo está más caro que el año pasado y así es. Es obvio que los salarios y jubilaciones son de sobrevivencia.
La situación presente y futura no es halagüeña, sobre todo para los guatemaltecos que devengan un salario mínimo (Q 3.343,00) y que tendrán que enfrentar tambié el alza de inscripciones en los colegios (Q1,200), útiles escolares (Q2,500) y uniformes (Q 1,000) más o menos por alumno de primaria. Por cierto, es necesario aclarar que para la mayoría de los guatemaltecos comer tamal, no es indispensable. Pero sí lo es, contar con efectivo para atender el costo relacionado, con útiles y uniformes, para los que tienen hijos que asistentes a las escuelas públicas.
El panorama no alentador. El “pueblo” aún espera que las ofertas de campaña en las que se ofreció “el oro y el moro”, se concreten; porque hasta hoy solo lo es, para los padres de la patria, quienes para el año entrante disfrutaran de un justo salario por cuidar de esta nación que agoniza.
No obstante, para el gobierno es una buena ocasión de replantear su estrategia, reemplazar a los funcionarios incómodos o incompetentes, mejorar la comunicación, reafirmar su presencia en la región de Centroamérica y contar con la capacidad para hacer frente a los efectos colaterales de la política exterior del presidente Trump.