Hartazgo ciudadano ante ofensivo presupuesto
El sábado 30 de noviembre, grupos de guatemaltecos manifestaron en el centro histórico, frente al Palacio Nacional de la Cultura, como protesta, no solo contra el desmesurado monto del presupuesto general de la nación, sino contra la forma oscura y prepotente en que los diputados afines al oficialismo promovieron su aprobación, aún sabiendo que la ejecución del gasto público en 2024 fue insatisfactoria.
Los legisladores afines al gobierno de turno exhibieron todos los vicios incubados durante décadas por los «dignatarios de la Nación». La red de corrupción que involucra a los diputados, funcionarios del MAGA y Cocodes es conocida públicamente y cualquier ciudadano medianamente informado sabe que el presupuesto del MAGA es parte de una piñata, así como los fondos adjudicados a los Cocodes son la «caja chica» para el pago de favores y una bisagra entre los diputados distritales y los alcaldes.
No conformes, los legisladores aprobaron a la carrera la ley de la PNC, que parece un despropósito de corte totalitario y se garantizaron un incremento salarial sustancioso, que iguala sus sueldos a los de los magistrados.
Como consecuencia de este avorazamiento y falta de amor por la patria, Guatemala podría terminar en poco tiempo tal como Venezuela, donde la impresión de dinero para paliar la enorme deuda del gobierno comunista logró hundir a ese país, o Colombia, donde el ex guerrillero Petro reconoció que «el Estado se está quedando sin fondos».
Ante este futuro desalentador, sumado a un pasado donde confluyen bloqueos criminales, sospechas de fraude y muchos otros presuntos delitos cometidos por el hoy cancelado partido gobernante, cientos de guatemaltecos protestaron contra Arévalo y su gobierno.
Lo más relevante en esta muestra de repudio a un gobierno que en casi un año no ha ejecutado una sola obra visible, es que se trató de una manifestación espontánea y no hubo presencia de los famosos «acarreados».
La protesta, descalificada por personajes que opinan a favor del gobierno en redes, podría ser la primera de una serie de acciones que ¡ojalá!, sirvan para la reflexión de Arévalo y su grupo, quienes tomando muy a la ligera la gestión pública, no parecen notar que el país está en el filo de la crisis.