Guatemala celebra su profunda devoción a la Inmaculada Concepción
La festividad de la Virgen de la Inmaculada Concepción, una de las advocaciones marianas más antiguas y extendidas en Guatemala, vuelve a celebrarse este 8 de diciembre, fecha que la Iglesia Católica dedica a la pureza de María desde hace más de cuatro siglos.
Redacción
La celebración honra la doctrina que afirma que la Virgen María fue preservada del pecado original desde el primer instante de su concepción, un privilegio definido oficialmente como dogma por el papa Pío IX en 1854, aunque la devoción existía desde muchos siglos antes.
La creencia en la pureza original de María se remonta a los primeros siglos del cristianismo y fue desarrollada por teólogos, comunidades religiosas y tradiciones populares que exaltaban a la Madre de Jesús como un signo de gracia y esperanza. Con el tiempo, la fiesta tomó fuerza especialmente en España y en América Latina, donde se integró profundamente a la vida litúrgica y a las prácticas locales de fe.

En Guatemala, la devoción a la Inmaculada Concepción llegó con las órdenes religiosas durante la época colonial y se extendió rápidamente en todo el territorio. Hoy continúa siendo una de las celebraciones marianas con mayor arraigo
Uno de los templos más emblemáticos es el de La Recolección, donde se venera una de las imágenes más antiguas de la Inmaculada. En varias zonas del país, especialmente en el occidente, se llevan a cabo alboradas, rezos y procesiones; este 7 de diciembre salieron recorridos en diferentes sectores de Guatemala, manteniendo viva la tradición.
La celebración coincide con una de las tradiciones más arraigadas del calendario cultural guatemalteco: la Quema del Diablo, realizada cada 7 de diciembre. Históricamente se interpretaba como un acto simbólico de purificación previo a la fiesta de la Concepción.





