Grupos afines a Semilla implementan tácticas comunistas para amedrentar a comerciantes
Un vídeo que circula en redes sociales evidencia el prepotente empoderamiento de los grupúsculos que, con pretexto de defender la democracia, implementan tácticas vistas en docenas de dictaduras populistas, recientemente observadas en los países sudamericanos gobernados por izquierdistas. Aunque Arévalo debiera asumir hasta el 14 de enero, los grupos de choque que avalan su ideología ya cometen abusos y atropellan a comerciantes, para obligarlos a unirse a su protesta.
Redacción
Parece una película de horror basada en una sociedad distópica, pero lamentablemente, es Guatemala esta semana, cuando hordas de personajes que se identifican como «autoridades indígenas y campesinos», bloquearon varias carreteras, motivando pérdidas millonarias.
Como habían convocado a un «paro nacional» para obligar a la fiscal Consuelo Porras a renunciar y dicho paro no fue acuerpado por la mayoría, estos grupos implementan tácticas ya vistas durante las antiguas revoluciones: la rusa, la cubay más recientemente, la venezolana.
A la intimidación que ejercen pequeños grupos bloqueando carreteras, se suman actos de extorsión y chantaje, con amenazas incluidas, contra comerciantes que no tienen ninguna intención de unirse al clamor por Semilla, pero que ante las amenazas de acciones contundentes (que podrían incluir destrucción y saqueo por parte de los delincuentes), deben cerrar sus negocios.
La foto ilustrativa muestra a la líder de un grupo que amenazó a comerciantes en Quetzaltenango, con amenazas como: «si no nos hacen caso vendremos mañana». La señora también afirmó que la Municipalidad no tiene derecho a decidir si los negocios abren o cierran, ya que desde su perspectiva, los grupos comunitarios son «los que mandan».
Las tácticas comunistas usadas en estas protestas con mayor intensidad que en otros «paros nacionales» deberían servir de alerta para las autoridades, a menos que estén coludidos y haya consenso para llevar al país hacia una dictadura estilo las del Foro de Sao Paulo.
Los que participan en estos actos fuera de la ley, esgrimen falacias como «luchamos por el futuro de sus hijos», o «la Municipalidad no tiene más autoridad que los grupos comunitarios». Estas falacias abonan al fanatismo y la repetición de estos actos violentos puede llevar al país a un enfrentamiento de consecuencias imprevisibles.