Gobierno hace cambios estratégicos durante Semana Santa para contener críticas
Mientras la atención pública disminuye por el asueto de Semana Santa, el Gobierno de Bernardo Arévalo aprovechó para remover dos funcionarios cercanos a su círculo cercano con lo que busca contener el desgaste por recientes escándalos. Al mismo tiempo, se apresuró a nombrar a los sustitutos: Juan Francisco Lou fue juramentado como nuevo titular de la SAAS y Luis José Juárez asumió como Director General del Sistema Penitenciario.
Redacción
Los cambios incluyen la sustitución del secretario de Asuntos Administrativos y de Seguridad de la Presidencia (SAAS) y del director del Sistema Penitenciario, instituciones que han estado bajo escrutinio por su mal manejo de recursos públicos y falta de control interno. Aunque presentados como parte de un proceso de renovación y profesionalización, el momento y la discreción con que se realizaron revelan una lógica de contención política.
Ambos reemplazos tienen un denominador común: los nuevos nombrados provienen del círculo cercano del Ejecutivo, con trayectorias funcionales a su narrativa de cambio, pero también con lealtades claras al oficialismo. Más que una depuración técnica, los movimientos refuerzan una estrategia de blindaje ante las críticas que empiezan a empañar la imagen del nuevo Gobierno.
La designación de Juan Francisco Lou como secretario de la SAAS se produce casi inmediatamente después de que su antecesor, Iván Carpio Alfaro, revelara ante el Congreso que fondos de la Secretaría habían sido utilizados en un evento privado en Casa Presidencial: un baby shower para la hija del mandatario.
Aunque la administración intentó sofocar la polémica asegurando que el gasto fue reembolsado y que los costos corrieron por cuenta de la primera dama, el Ministerio Público abrió una investigación por posible malversación de fondos públicos.
Lou, quien fungía como subsecretario desde el inicio de la gestión, asume el control de una entidad clave para la seguridad presidencial justo cuando se cuestiona el uso de recursos estatales con fines personales. El nombramiento busca proyectar continuidad y confianza interna, pero también representa un intento por contener las consecuencias legales y mediáticas del caso.
Juárez toma el control del SP tras semanas de señalamientos
Por otro lado, el ministro de Gobernación, Francisco Jiménez, juramentó a Luis José Juárez como nuevo director del Sistema Penitenciario (SP) en sustitución de Sergio Vela, cuya destitución se debió al «desgaste natural del puesto».
La salida de Sergio Vela como director del Sistema Penitenciario (SP) se dio en un contexto de creciente deterioro dentro de las cárceles, evidenciado por motines, asesinatos y la presencia de estructuras criminales armadas, como lo ocurrido el 10 de abril en Pavón, donde reos dispararon contra agentes y se incautaron 14 armas de fuego.


El gobierno presenta este movimiento como parte de una “transformación” institucional, pero lo cierto es que el SP ha estado bajo presión debido a múltiples señalamientos por anomalías administrativas y operativas.
Juárez, politólogo con experiencia en gestión penitenciaria y prevención de violencia, fue colocado al frente del SP tras participar en una requisa que resultó en la incautación de armas y dispositivos en una cárcel de Zacapa, acto simbólico que sirvió de vitrina para legitimar su nombramiento.
Estrategia de control más que renovación
Aunque ambos nombramientos fueron enmarcados por el Gobierno como apuestas por la profesionalización y continuidad, su ejecución en fechas estratégicamente discretas, así como el perfil de los designados —ambos cercanos y funcionales a la actual administración— revelan una estrategia más política que técnica.
Lejos de representar una renovación genuina, los cambios parecen responder a la necesidad del Ejecutivo de blindarse ante críticas crecientes y consolidar el control interno de instituciones clave, justo cuando empiezan a aflorar los primeros escándalos del nuevo Gobierno.

