“Fuera Claudia”: el descontento juvenil toma fuerza
La protesta del sábado 16 de noviembre en el Centro Histórico de Ciudad de México, una de las más grandes convocadas por jóvenes en este sexenio mostró el rechazo hacia el gobierno de Sheinbaum. El operativo terminó con al menos 20 detenidos, muchos de ellos aún sin claridad procesal.
Redacción
Miles de personas, muchas identificadas con la denominada generación Z, tomaron este sábado las calles del centro de Ciudad de México para denunciar la escalada de violencia que vive el país y para cuestionar directamente al gobierno de Claudia Sheinbaum. Lo que inició como una marcha pacífica terminó en un fuerte operativo policial, enfrentamientos, más de 20 detenidos y nuevas acusaciones de represión estatal.
La manifestación avanzó sin incidentes hasta llegar al Zócalo, punto donde un sector de los participantes intentó acercarse al Palacio Nacional. Ahí comenzó la tensión: agentes de seguridad usaron gases lacrimógenos y extintores para dispersar a los asistentes, mientras algunos manifestantes respondieron lanzando objetos y empujando las vallas metálicas que protegían la sede del Ejecutivo.
Según Pablo Vázquez, secretario de Seguridad Ciudadana, el saldo preliminar fue de 20 personas detenidas y 60 policías lesionados, 40 de ellos trasladados a un hospital. Hasta el cierre de esta nota, no se había detallado el número de manifestantes heridos, pese a que en redes sociales circulan videos mostrando a jóvenes afectados por los gases y forcejeos con agentes.
Vázquez insistió en que “no hubo represión”, atribuyó la violencia a “grupos de encapuchados” y aseguró que ya se iniciaron carpetas de investigación para identificar a quienes cometieron “actos constitutivos de delito”.
Denuncias de represión en Ciudad de México
Los inconformes corearon consignas directas contra la presidenta de México, entre ellas: “Fuera Claudia” y “Claudia, entiende, el pueblo no te quiere”. Para muchos jóvenes, la marcha representó un intento de visibilizar su hartazgo ante la violencia, la corrupción y la inseguridad.
“No podemos seguir con miedo. Estamos solos frente al crimen y nadie responde”, comentó uno de los asistentes.
Sheinbaum reaccionó desde Tabasco acusando a la generación Z de no representar un movimiento juvenil y defendiendo su narrativa de protesta pacífica: “De manera pacífica logramos la transformación del país sin romper un solo vidrio”, dijo.
La protesta también tuvo un fuerte componente de denuncia al poder del narcotráfico, responsable de más de 50 homicidios diarios en México. Durante la marcha, la figura del alcalde de Uruapan, Carlos Manzo, asesinado a inicios de noviembre tras amenazas del Cártel Jalisco Nueva Generación, se convirtió en un símbolo.
Carteles con mensajes de “Carlos Manzo vive” se multiplicaron entre los participantes. Incluso su abuela asistió llevando una fotografía del edil.
Aunque el gobierno federal insiste en que la intervención policial fue “contenida”, las organizaciones civiles y varios asistentes hablan de uso excesivo de la fuerza. La falta de cifras claras sobre manifestantes heridos ha contribuido a incrementar la desconfianza hacia las autoridades capitalinas.
Las investigaciones anunciadas por la Secretaría de Seguridad se centran en los manifestantes, mientras que no se ha informado de ninguna indagación interna sobre el actuar policial.
