Finaliza «campamento» de 56 días
Anoche, los sindicalistas del magisterio accedieron a desalojar la Plaza de la Constitución, donde pernoctaron durante 56 días de una huelga que aparentemente, tuvo como finalidad y aparente resultado, lograr la discusión del pacto colectivo con las demandas que este incluye.
Redacción
Según varios medios de comunicación, los sindicalistas del magisterio nacional se retiraron pero antes, lanzaron bolsas de agua a los reporteros de dos medios escritos, a quienes también increparon y amenazaron con otras agresiones.
Apoyados por un grupo que se define como «derecha» pero no dudó en avalar la pretendida «rebelión» de los docentes, quienes no ocultan su afinidad con el socialismo cubano, los maestros mantuvieron a sus estudiantes sin recibir clases durante 56 días.
Ante las cámaras y en sus mantas, exigieron finalizar la imposición de la teoría de género y sexualización de la infancia que es patente en el Currículo Nacional Base (CNB); vasos de leche; almuerzos, útiles y hasta zapatos para los educandos de los 36 mil centros educativos públicos cuya mayoría tiene serios problemas de infraestructura, desde los servicios sanitarios a los techos.
Para la «derecha» que los avaló y esperaba un nuevo «despertar ciudadano», el objetivo de los docentes era «la renuncia de Arévalo».
Empero, todos los indicios apuntan a que la única finalidad del esperpéntico campamento y la privación de las clases para miles de niños, fue lograr que joviel Acevedo mantenga intacta su propuesta de pacto, que convierte al sindicalismo magisterial en un poder paralelo al del ministerio de Educación, entidad que también cede un enorme porcentaje de su presupuesto para que dicho sindicato siga existiendo, con todas las prebendas que les concede el pacto colectivo.