¿Final feliz?
¿FINAL FELIZ…?” (Hay que entender que el paso por esta vida y este mundo es un abrir y cerrar de ojos en nuestra existencia espiritual y estar claros del verdadero propósito…)
¿¿Tendrá su historia un final feliz?? Ya se ha preguntado alguna vez esto. Si analizamos la historia del mundo, cada miles de años, el hombre desarrolla imperios que un día llegan a lo más alto, a la cúspide, obteniendo el máximo poder y riqueza, para luego caer, fracasar y colapsar.
Al parecer es cíclico, empieza un período de desarrollo, las sociedades van creciendo y conforme ganan poder y riqueza a gran escala, van perdiendo el camino correcto hasta llegar a la decadencia y el fin.
Al final como Dios manda, el camino correcto en nuestra vida debe estar basado en valores espirituales, valores de vida, y desafortunadamente el egoísmo, la ambicia desmedida, la avaricia, la lujuria, la soberbia, la envidia son calificativos del hombre como pecador que le dominan y se convierten en los valores para lograr el “éxito”.
Así llegan a lo más alto los imperios que dominan este mundo. Como podemos ver, las grandes carencias y problemas del mundo demuestran el camino incorrecto que ha seguido el hombre con sus líderes y las grandes potencias que lo manejan.
El propósito aquí en esta vida, debe enfocarse en el aporte que podamos dar al mundo y a los demás dentro de una sociedad, en el bienestar común y desarrollo de las sociedades. Amar a Dios, se basa y se resume en amar al prójimo, eso es lo que no entiende el hombre.
Adorar a Dios alabándolo y orando los domingos, pero siendo un tirano y aprovechado de lunes a sábado no sirve de nada. Es esa doble moral falsa y conveniente dentro de un círculo social. Las crisis económicas de las grandes potencias del mundo son cíclicas, porque no llevan un camino de desarrollo sólido y continuo en la historia.
El camino ha sido de grandes altibajos, termina una era para dar inicio a otra y así sucesivamente, subimos, y caemos, subimos y caemos…. Y la razón es muy simple, el hambre desmedida de poder y riqueza, corrompe al hombre, cuando empieza a tenerla, la ambicia desmedida lo pierde y corrompe y viene la debacle.
La necedad del hombre en no querer entender que su gestión para “todo” lo que hace en la vida, debe estar basada en los valores espirituales, en la verdad y la justicia, en lo que Dios manda, porque de lo contario está mal, y lo que está mal, tiene que terminar.
Por supuesto que debemos trabajar para obtener riqueza, abundancia y prosperidad y vivir bien, pero haciéndolo sobre esa plataforma de valores y compartir, aportar, apoyar, lo que traerá muchas bendiciones garantizadas, sabiendo que no será un camino fácil pero estaré lleno de satisfacciones y verdadera felicidad.
Es muy claro, en la sagrada Biblia Dios dice: “Busca el reino de Dios y su justicia, y lo demás, vendrá por añadidura…”
“Hoy el mundo va en otro ciclo de decadencia hacia un nuevo colapso para dar inicio a otro ciclo, y sigue y va de nuez…. “