Fallece a los 114 años Charlotte Kretschmann, la alemana más longeva
Charlotte Kretschmann, la mujer probablemente más longeva de Alemania, falleció a los 114 años en el estado federado de Baden-Württemberg, según confirmó hoy su nieto a dpa.
Por dpa/EP
Kretschmann se durmió apaciblemente el martes por la noche en un geriátrico de la localidad de Kirchheim unter Teck, al sureste de la ciudad de Stuttgart, y no volvió a despertar.
La anciana había nacido el 3 de diciembre de 1909 en Breslavia, en la actual Polonia, 17 años antes que la reina Isabel II de Inglaterra, y cinco años antes del inicio de la Primera Guerra Mundial.
Decía que sus padres le dieron todo lo que quiso. «Los vestidos más bonitos, buena alimentación, cuidados cariñosos», recordaba. Conoció a su marido Werner haciendo deporte, bailaban juntos a menudo, fue un «amor a primera vista», relató en una entrevista.
La felicidad de la pareja se vio interrumpida durante la Segunda Guerra Mundial. Werner fue reclutado y Kretschmann huyó al oeste con su hija. La pareja se reencontró tras la guerra a través de la Cruz Roja y se instaló en Stuttgart.
La mujer sobrevivió a su marido y a su hija. Hasta hace unos años también vivía sola, pero decidió instalarse en una residencia tras sufrir una hemorragia cerebral.
No dedicaba muchos pensamientos a su edad. «No lo busqué. No puedo hacer nada al respecto», comentó hace un año. «Todas las personas pueden vivir el día siguiente, no tienen que hacer mucho para ello», afirmó. Tampoco pensaba mucho en la muerte. «No sirve de nada. Un día simplemente sucede, y no puedo hacer nada al respecto», dijo Kretschmann a dpa.
¿Era todo mejor y quizá más sencillo en el pasado que hoy, en un mundo de cambio climático, crisis energéticas y una renovada Guerra Fría? «Cada generación ha vivido su vida. Y la superamos después de la Primera y la Segunda Guerra Mundial», añadió en la entrevista.
Kretschmann se había hecho famosa a través de las redes sociales. Contaba con 14.000 seguidores en Instagram, con los que compartía instantáneas de su vida, como salidas de compras, Navidades o excursiones. En la última entrada se la ve con una copa de vino tinto. «Qué más se puede pedir que un buen vaso de vino y una buena cena rodeada por la familia», escribió su nieto por pedido de la anciana.