Elecciones 2027: Sin reformas ni control, el TSE repite la receta del caos electoral
El proceso electoral de 2027 arranca con una bomba de tiempo. El Tribunal Supremo Electoral (TSE) revela que ya hay más de 50 organizaciones políticas, entre grupos promotores, comités pro formación y partidos vigentes, intentando colarse en la próxima contienda. Una saturación que refleja la voracidad por el poder y la alta demanda de cargos y prebendas, más que un genuino interés democrático.
Redacción
El Registrador de Ciudadanos, Sergio Antillón, informó que actualmente hay 17 grupos promotores, 25 comités pro formación y 26 partidos políticos vigentes. Además, cuatro partidos tienen orden de cancelación, pero aún mantienen procesos pendientes por acciones legales interpuestas. La saturación de agrupaciones refleja una carrera desmedida por participar, muchas veces sin propuestas claras ni estructuras sólidas.
En paralelo, la presidenta en funciones del TSE, Blanca Alfaro, descartó cualquier intento de reforma a la ley electoral antes del próximo proceso. Según dijo, los tiempos ya no permiten socializar los cambios. Y aunque hay un dictamen favorable emitido por la comisión legislativa de Asuntos Electorales desde 2024, este no ha sido ni leído en el pleno del Congreso.
El resultado: un sistema saturado y sin mecanismos efectivos para depurar a los oportunistas, lo que podría desembocar en campañas caóticas, fragmentadas y con candidatos que responden más a intereses personales que a proyectos serios para el país.
En lugar de impulsar reformas de fondo, el TSE optará por aprobar un nuevo reglamento interno antes de marzo de 2026, el cual abordará aspectos administrativos, financieros y de organización interna. Pero sin cambios legales estructurales, dicho reglamento apenas servirá como paliativo frente al desorden previsible.
Mientras la lista de partidos y comités sigue creciendo, el sistema político se fragmenta aún más y se debilita la representatividad. Todo apunta a que las elecciones de 2027 se desarrollarán bajo el mismo marco legal desactualizado, sin filtros efectivos para evitar que el proceso se convierta en una feria de intereses particulares y candidaturas oportunistas.