El problema no era lo que se hacía, sino quién lo hacía
Análisis económico, por El Economista
Hay dos cosas que los miembros del clausurado partido Semilla no conocen, la vergüenza y la congruencia. Esto se evidencia simplemente con comparar lo que dijeron hace unos años, respecto a lo que hacen hoy en día, y esto va desde los diputados, hasta el mismo presidente Arévalo, todos son tan incongruentes como hipócritas, lo cual los convierte en corruptos como sus antecesores, los que un día tanto criticaron.
Que lejano se ve aquel noviembre de 2020, cuando los diputados del cancelado partido Semilla criticaban la aprobación del presupuesto público mientras dormía la población. Qué lejos queda la “manifestación espontánea” de organizaciones y estudiantes que llegaron al Congreso a quemar las instalaciones, por la “indignación” de un presupuesto aprobado de urgencia nacional y de madrugada.
Para muestra un botón, Samuel Pérez era uno de los personajes políticos que se rasgaban las vestiduras y berreaban por la aprobación del presupuesto 2021, por haberse hecho en la noche. Según sus argumentos, ese era un presupuesto criminal pero que sobre todo se había aprobado “mientras los guatemaltecos dormían”.
Samuel Pérez, en ese lejano 2020, criticaba que la Comisión de Finanzas Públicas y Moneda del Congreso, había entregado un dictamen pero que “ni un día les habían dado para leerlo y analizarlo”, sin embargo, esto exactamente sucedió el pasado 25 de noviembre, la Comisión entregó el dictamen al presupuesto 2026, por la tarde y casualmente unas horas después, en esa sesión maratónica, los diputados del cancelado partido Semilla presentaron la moción de aprobar el presupuesto de urgencia nacional, es decir, no se tuvo ni un día para leer y analizar lo que la Comisión recomendó en su Dictamen, no obstante, esto no impidió que el presupuesto 2026 se aprobara en la noche, mientras la población dormía.
Ya ni hablar del cuestionamiento que hacía Samuel Pérez a lo que en 2021 denominaba Q1,000.0 millones para pago de favores políticos, porque si comparamos ese monto con los más de Q10,000.0 millones que lleva el gobierno de Arévalo en casi 3 años, para pago de favores políticos por aprobar decretos de urgencia nacional, disfrazados en “aportes extraordinarios a los Consejos de Desarrollo”, pues definitivamente ese 2021 se queda corto.
O qué hay de la diputada Alejandra Villagrán del partido BIEN, perdón la tránsfuga del partido BIEN y hoy independiente por haber sido electa por un partido cancelado, que criticaba la aprobación del presupuesto 2021 porque “generaba un endeudamiento peligroso”, pero la misma diputada ha votado a favor que en 2 años se incremente la deuda pública en más de Q50,000.0 millones, hasta parece chiste, pero es verdad.
Qué lejano se ve aquel diciembre de 2023, cuando un Bernardo Arévalo electo, de forma legal o ilegal pero electo, enviaba una contundente carta para solicitar el veto al presupuesto 2024 por contener “graves violaciones al marco legal e irregularidades que afectarían la gestión pública, el bienestar social y el desempeño económico del próximo año”.[1]
En esa contundente carta, Arévalo criticaba la asignación a ONG’s por Q5,191.6 millones, indicando que habían sido elegidas sin criterios claros y transparentes. Curiosamente, es el mismo Arévalo que está de acuerdo en que se puedan contratar Organismos Internacionales, de forma directa y violando la Ley de Contrataciones del Estado, por el monto que los Ministerios consideren pertinentes, es decir, sin criterios claros y mucho menos transparentes, sino solo hay que recordar el caso por el que el Ministerio Público investiga al propio hermano del presidente.
Y si se quiere hablar de criterios claros y transparentes, habría que seguir cuestionando al ministro Menkos respecto a cuáles han sido los criterios que el Ministerio de Finanzas utilizó para la distribución de los “aportes extraordinarios a los Codedes”, ya que se han distribuido más de Q12,000 millones, y curiosamente asignan más recursos a los diputados más afines al oficialismo.
Trayendo a colación al flamante ministro de Finanzas Públicas, el señor Jonathan Menkos, era uno de los más férreos opositores a esa aprobación del presupuesto 2021, cuando formaba parte del Instituto Centroamericano de Estudios Fiscales (ICEFI), ya que decía que había “surgido en medio de una opacidad que no permitió la discusión amplia”.
“Nos parece abrupta la decisión de aprobar en la madrugada el proyecto de presupuesto, cuando quedan suficientes días, de acuerdo a la ley, para aprobar el presupuesto de una manera más ordenada, con mayor conocimiento que la sociedad pueda tener del mismo. Hay un problema en la forma en la que se ha aprobado el presupuesto basado en opacidad. Eso, obviamente, genera mucha incertidumbre y dudas sobre las componendas o acuerdos detrás de esta aprobación”.[2]
Eso decía el señor Menkos en 2020, sin embargo, no opinó lo mismo cuando en 2024 se aprobó de madrugada y de urgencia nacional la ampliación al Presupuesto 2024, tampoco dijo nada al respecto cuando, otra vez de madrugada y de urgencia nacional, se aprobó el Presupuesto 2025 y mucho menos dijo algo cuando, de madrugada y de urgencia nacional, se aprobó el Presupuesto 2026.
Es decir, la congruencia del señor Menkos salió volando por la terraza del edificio de Finanzas, porque en menos de 3 años de gestión, se le han aprobado 2 presupuestos y 1 ampliación, de madrugada y de urgencia nacional, decretos basados en opacidad, incertidumbre y dudas sobre las componendas o acuerdos detrás de esas aprobaciones.
Hoy en día todos esos argumentos y críticas parecen tan lejanos que la mayoría seguro lo ha olvidado, ya sea por apatía o simplemente porque no conviene recordar esos momentos. Y es que en el ámbito político de Guatemala se tiene la malsana costumbre de hacer justamente lo que tanto se critica.
Todos los integrantes del actual oficialismo se vendieron como una política diferente, como los salvadores de una Guatemala en crisis, sin embargo, hoy se evidencia que eso era meramente discurso, ya que ni han mejorado las condiciones de vida de los guatemaltecos y simplemente han hecho exactamente lo mismo que tantas veces criticaron, es decir la congruencia se perdió el 14 de enero de 2024, cuando asumieron.
[1] Carta de Bernardo Arévalo al presidente Giammattei, el 07 de diciembre de 2023. https://x.com/BArevalodeLeon/status/1734939279887831133/photo/1.
[2] https://www.prensalibre.com/guatemala/politica/presupuesto-2021-estos-son-7-pecados-cometidos-por-el-congreso/
