El gran incendio de Chicago
Hoy, 8 de octubre de 2024, se cumplen 153 años del gran incendio de Chicago, un evento que resultó en la devastación de aproximadamente 17,000 estructuras y la trágica muerte de alrededor de 300 vidas. Aunque envuelto en mitos y controversias, este desastre marcó un hito en la historia de la ciudad. La noche del 8 de octubre de 1871 fue testigo de un caos que, a pesar de las advertencias de incendios anteriores, devoró la ciudad en cuestión de horas.
Redacción
Para la historia oficial, se presentan dos versiones predominantes sobre el origen del siniestro. Una sostiene que el incendio se desató cuando la vaca de una inmigrante irlandesa derribó una lámpara en su establo. Este accidente, que aparentemente podría ser el resultado de un malentendido, generó 48 horas de caos, resultando en la destrucción de 17.000 estructuras, el desplazamiento de 100.000 personas y alrededor de 300 muertes.
La segunda versión, más intrigante, sugiere que un apostador llamado Louis M. Cohn, quien se encontraba escondido en el mismo establo, al escuchar ruidos, salió corriendo y, accidentalmente, derribó la lámpara que inició el fuego. Este mismo Cohn, ya anciano y adinerado, habría reconocido en una carta póstuma su papel en esta tragedia, revelando así una historia de culpa tardía.
Más allá de su origen, el desastre catalizó cambios significativos en Chicago. La ciudad se transformó en un referente de la arquitectura moderna, atrayendo a numerosos arquitectos que promovieron el uso de materiales más resistentes al fuego, como el hormigón y el vidrio. Además, se implementaron importantes mejoras en la infraestructura de seguridad, incluyendo la instalación de aproximadamente 47,000 bombas de agua destinadas a la lucha contra incendios.
El gran incendio también llevó a la creación de la Asociación Nacional de Protección Contra Incendios (NFPA, por sus siglas en inglés), que anualmente organiza la Semana de la Prevención Contra Incendios cada octubre, enfocándose en educar a la población sobre medidas de seguridad en caso de incendios. Curiosamente, el lugar donde se dice que comenzó el fuego alberga hoy la Academia de Bomberos de Chicago, un recordatorio constante de la tragedia y de la resiliencia de la ciudad ante la adversidad.