“El cambio que no llegó”: líderes de opinión sepultan la gestión de Arévalo
Un liderazgo débil, promesas incumplidas y la percepción de un gobierno estancado: así califican 66 líderes de opinión la administración de Bernardo Arévalo y Karin Herrera, según el más reciente diagnóstico de la organización Diestra.
Redacción
A poco más de un año de iniciado el mandato, el llamado “Gobierno del cambio” se enfrenta a una dura evaluación: frustración, falta de rumbo y expectativas rotas. El informe, que forma parte del quinto Diagnóstico de Percepción de Diestra, recoge las opiniones de analistas, académicos, periodistas y miembros de la comunidad internacional que, sin vínculos con el Estado, describen un escenario poco alentador.
Un presidente que escucha, pero no decide
La figura de Arévalo despierta decepción política. El informe destaca que, el mandatario no logra presentar resultados concretos. Para los consultados, su gestión adolece de “dirección estratégica” y “decisión firme”, lo que se resume en una frase repetida por varios entrevistados: “En este gobierno no pasará nada”.
De hecho, la mayoría de participantes percibe al presidente como alguien “incapaz de sostener las expectativas de liderazgo” y con “una ética que no basta para gobernar sin acción”. Esa percepción ha empujado a varios sectores a dejar de pensar en una posible transformación y a enfocarse, desde ya, en quién reemplazará a Arévalo en el próximo ciclo.
Un deterioro constante en la percepción
Diestra viene evaluando la percepción del Gobierno desde su inicio. Según sus datos, en octubre de 2024 se registró el punto más alto de aprobación, pero los eventos y crisis posteriores —como el manejo de las protestas, el seguro obligatorio, y la crisis de infraestructura— provocaron un giro en la opinión pública.

Los líderes consultados hoy identifican una larga lista de problemas: ingobernabilidad, improvisación, falta de resultados en seguridad, y una gestión deficiente en temas como desechos sólidos, infraestructura y el hundimiento de la autopista Palín-Escuintla. Incluso se cuestiona su capacidad para manejar crisis, que al inicio se atribuían a la inexperiencia, pero que ahora son calificadas como señales de incompetencia.


Una vicepresidencia ausente
La evaluación de Karin Herrera no mejora el panorama. Aunque se le reconoce compromiso en temas como ciencia, niñez y educación, la mayoría de voces coincide en que su papel ha sido “intrascendente”.
Se le percibe alejada de las decisiones estratégicas del Gobierno, sin una agenda clara, con una exposición pública limitada y cada vez más distante del propio presidente. Algunos incluso la tachan de arrogante en sus últimas apariciones.
Respuesta del gobierno
Aunque los resultados son contundentes, el Ejecutivo descartó el diagnóstico: “No es una encuesta ni un estudio representativo. Se basa en percepciones de líderes de opinión que no sabemos quiénes son ni a quién representan”, dijo la Secretaría de Comunicación de la Presidencia.
Diestra, sin embargo, insiste en que el proceso fue riguroso y transparente, aunque no reveló los nombres de los participantes.