El auge de la extrema derecha: ¿un cambio de rumbo para la UE?
Por Ciarán Sunderland (dpa)
Bruselas, 4 jun (dpa) – La extrema derecha está a punto de lograr importantes avances en las elecciones al Parlamento Europeo, que podrían afectar políticas europeas y el futuro de la actual presidenta de la Comisión Europea, la alemana Ursula von der Leyen.
Desde hace meses, los analistas pronostican que los partidos de centro-izquierda y ecologistas podrían perder escaños en favor de la centro-derecha y la extrema derecha en los comicios al Parlamento Europeo, que se celebran del jueves al domingo.
El Consejo Europeo de Relaciones Exteriores (ECFR) predijo incluso a principios de año que se produciría un «giro brusco a la derecha» con la victoria de partidos contrarios a la UE en nueve países, como Bélgica, Italia y Francia, entre otros.
Esto podría amenazar la mayoría que ostentan los partidos de las tres formaciones tradicionalmente mayoritarias: el Partido Popular Europeo (PPE), de centro-derecha, los Socialdemócratas (S&D), de centro-izquierda, y Renovemos Europa, de centro-liberal.
La ultraderechista Identidad y Democracia (ID), formada por partidos de extrema derecha y nacionalistas de diferentes países europeos, y los Conservadores y Reformistas Europeos (ECR), menos radicales pero euroescépticos, son los dos grupos que aspiran a sacar más provecho en las urnas.
Según datos de la plataforma de sondeos Europe Elects, que ofrece información actualizada sobre la opinión pública en Europa, a finales de mayo la ID obtenía 68 escaños y los ECR 75. Con ello sumaban 143 bancas en el Parlamento Europeo, un salto significativo de más de 25 escaños en comparación con el parlamento actual, que en su conjunto tiene 720 eurodiputados.
Se proyecta que los partidos más centristas del PPE, S&D y Renew obtengan 404 escaños, una mayoría más ajustada que la que tienen con sus actuales 417 bancas, pero aún suficiente para preservar la mayoría que ha estado en vigor desde 2019.
Sin embargo, si la proyección es precisa, el Parlamento Europeo vería un bloque nacionalista más grande y más influyente, así como un cambio importante en el debate sobre cuestiones clave que enfrenta Europa.
Las políticas de cambio climático, el aumento de la inmigración, la incertidumbre económica y el descontento contra la clase política son solo algunas razones esgrimidas por los analistas para explicar el auge de la extrema derecha.
Todo esto, impulsado por campañas de desinformación rusas en Internet, generó un cóctel potente que alimentó el auge de la extrema derecha y alteró el orden político en los gobiernos nacionales, como recientemente en los Países Bajos, y potencialmente en la Unión Europea.
La vicepresidenta de la Comisión Europea, Vera Jourová, citada en «The Financial Times», lamentó que la UE tenga que luchar contra una «avalancha de desinformación» desde Rusia dirigida a las elecciones al Parlamento Europeo.
Las investigaciones en toda la UE están sacando a la luz pruebas de supuestas operaciones de influencia, incluida una investigación en la que están implicados políticos alemanes de la AfD, quienes presuntamente actúan en nombre de Rusia y China.
El primer ministro belga, Alexander De Croo, reveló en marzo que sus servicios de inteligencia habían descubierto redes rusas en «varios países europeos» con el fin de influir en las elecciones al Parlamento Europeo.
Por su parte, los partidos de extrema derecha consideran que las instituciones de la UE dominan la vida cotidiana de los ciudadanos y, al mismo tiempo, son impotentes para ofrecerles ayuda.
Es probable que la influencia de la extrema derecha impida la cooperación entre los países que conforman la UE en políticas generales como el clima y la migración, en sintonía con su objetivo de reafirmar el papel soberano de las capitales nacionales.
Por lo tanto, es poco probable que las políticas ambiciosas de la UE que requieren un alto nivel de cooperación entre los estados miembro vean la luz en el nuevo mandato de la Comisión Europea. Ejemplos de este tipo de políticas acordadas en la legislatura saliente son el Pacto Verde o el Pacto de Migración y Asilo de la UE.
El giro a la derecha podría afectar incluso la elección del próximo presidente de la Comisión Europea, posiblemente el cargo europeo más poderoso y mayor símbolo de la futura dirección de la Unión Europea.
La conservadora Ursula von der Leyen, del PPE, aspira actualmente a un segundo mandato, pero encontrar una mayoría parlamentaria que la apoye podría resultar extremadamente difícil, ya que los grupos políticos recalibran sus próximos movimientos para adaptarse al aumento del apoyo a la derecha.