Diego de León renuncia
Finalmente, el gobernador del departamento de Guatemala, Diego Eduardo de León Barrios renunció al cargo tras señalamientos de incapacidad para realizar el trabajo y controversias que marcaron su breve gestión. Su salida, aceptada por el Ejecutivo, también incluyó la renuncia de su suplente, Cristian Joselito Tzorin García.
Redacción
Diego de León asumió el cargo el 21 de marzo de 2024, designado por el presidente Bernardo Arévalo, y desde entonces su desempeño estuvo bajo constante escrutinio. Uno de los momentos más críticos de su gestión ocurrió en octubre de 2024, cuando la Sala Primera de la Corte de Apelaciones del Ramo Penal resolvió retirarle la inmunidad, habilitando al Ministerio Público a investigarlo por el delito de incumplimiento de deberes. Este caso está vinculado con su presunta inacción durante el incendio en el vertedero de la Autoridad para el Manejo Sustentable de la Cuenca y del Lago de Amatitlán (Amsa), un hecho que generó indignación pública.
Además del caso Amsa, su administración fue objeto de críticas por su falta de liderazgo en temas clave como la gestión de recursos para el desarrollo departamental, la implementación de políticas ambientales y su incapacidad para articular respuestas efectivas ante emergencias locales. La ciudadanía y algunos sectores políticos lo acusaron de estar desconectado de las necesidades reales del departamento, priorizando intereses políticos sobre los problemas urgentes de la población.
La renuncia se oficializó el 10 de enero de 2025, durante una reunión en la Secretaría General de la Presidencia, en la que también fueron notificados de su salida los gobernadores de Quiché, Jalapa, Baja Verapaz y Suchitepéquez. De León expresó: «Me mantendré en el cargo hasta que haya una nueva persona que pueda reemplazarme».
Sin embargo, esta declaración no ha calmado las críticas. Líderes comunitarios y analistas han señalado que su permanencia prolongada podría ser perjudicial en un contexto de transición donde se requieren acciones inmediatas para abordar problemas apremiantes en el departamento de Guatemala.
El proceso de renuncias se enmarca en una estrategia de reestructuración administrativa promovida por el presidente Arévalo durante su primer año de gobierno. Aunque el Ejecutivo argumenta que estas decisiones buscan fortalecer la gestión pública, persisten las dudas sobre los criterios utilizados para seleccionar a los nuevos funcionarios y garantizar una mejora en la gobernanza.
La salida de De León pone de manifiesto los desafíos de un gobierno que busca proyectar una imagen de renovación, pero que se enfrenta a un panorama político y social cada vez más exigente. Las expectativas sobre los nuevos nombramientos serán altas, y cualquier indicio de favoritismo o falta de preparación podría agravar la percepción de inestabilidad en la administración de Arévalo.