Mi querido cuñado Peter
Se nos fue pero estará siempre presente. Un hombre callado pero observador y sumamente listo. Sabía cuándo hablar y cuándo callar. Para mi hermana Michelle, fue su pilar en años de un matrimonio ejemplar.
Una verdadera pareja. Entendiéndose, riendo, discutiendo, apoyando y gozando. Qué rico saberse morir así. Además, por lo que siempre observé, era un hermano de calidad.
Velando porque siempre estuvieran bien y apoyando siempre. No se diga de hijo. Visitando a su madre, si podía diario. Se nos fue pero deja su presencia en nuestros recuerdos y en nuestro corazón. Mis sobrinos Ines y Andrés tienen el legado más bello que un padre puede dejar: el ejemplo, el cariño y estar allí siempre. En definitiva un buen papá. Ahora nos toca acompañar a mi Hermana Michelle. Rezar y rezar por el alma de Peter. Seguir este camino que se llama: VIDA; Siempre mejor que ayer y siempre dando porque solo dando es que se recibe. Hasta pronto Peter.