Crisis energética en Ecuador: Un colapso planificado
La crisis energética que atraviesa Ecuador, caracterizada por cortes de luz masivos y programados que alcanzan hasta 10 horas diarias, no es meramente el resultado de la ineficiencia en la gestión pública. Más bien, podría ser el producto de un plan que inició durante el gobierno de Rafael Correa que recuerda a las tácticas utilizadas en otros regímenes de izquierda en la región, que han llevado a economías como la de Venezuela al borde del colapso.
Redacción
La ministra de Energía y Minas de Ecuador, Inés Manzano, ha señalado que “los cortes de luz responden a decisiones de administraciones anteriores y a la alta dependencia de recursos hídricos”. Este argumento parece develar las posibles intenciones detrás de la crisis energética.
Gobierno de Correa en el centro de la crisis
Durante su gobierno, Rafael Correa implementó políticas que inicialmente prometían un impulso al desarrollo económico y la infraestructura del país, pero que con el tiempo revelaron ser profundamente defectuosas.
Uno de los errores más notorios fue la construcción de hidroeléctricas que, aunque diseñadas para ser pilares de la matriz energética ecuatoriana, se vieron plagadas de fallas de diseño y ejecución.
La central Coca Codo Sinclair, la más grande del país, ha enfrentado reparaciones constantes debido a defectos de fábrica y a la sedimentación del río Coca, lo que limita su funcionamiento y la convierte en un símbolo de ineficiencia y posibles irregularidades en su construcción y operación.
Asimismo, proyectos como el Complejo Toachi Pilatón y Quijos han permanecido inoperativos durante años, evidenciando un abandono deliberado de la infraestructura crítica. Con más de 13 años de construcción sin resultados, estos ejemplos son representantes de una falta de inversión seria y un compromiso real con el desarrollo energético del país.
A medida que el gobierno de Correa avanzaba, la falta de planificación a largo plazo y la ausencia de inversiones en nuevas centrales energéticas comenzaron a manifestarse en una creciente dependencia de recursos hídricos.
Esta dependencia se volvió crítica, especialmente con la llegada de períodos de sequía severa, que expusieron las debilidades de la matriz energética del país. Además, la herencia fiscal que dejó Correa fue criticada por su sucesor, quien advirtió sobre la falta de recursos y el estado deteriorado de las finanzas públicas.
La incapacidad de diversificar las fuentes de energía y de implementar un plan sostenible contribuyó significativamente a la crisis energética que enfrenta Ecuador en la actualidad, un legado que sigue marcando la economía y la calidad de vida.
El expresidente Lenín Moreno lamentó la herencia fiscal que dejó Correa, describiendo un panorama que se asemeja más a un descalabro intencionado que a una simple gestión deficiente.
A pesar del aumento del 7% en la demanda eléctrica en 2023, la inversión en nuevas centrales ha sido casi inexistente. De diez proyectos planeados, solo dos han comenzado a operar, dejando un déficit alarmante de 1.080 megavatios.
La sequía, no es la única culpable
Las iniciativas de Moreno para atraer inversiones privadas también han fracasado, en parte debido a la falta de garantías adecuadas para el pago de la electricidad generada, lo que sugiere una estrategia deliberada para mantener el sistema en crisis.
La situación se ve agravada por una sequía catalogada como la peor en 61 años. Aunque el embalse de Mazar puede garantizar el suministro por 45 días sin lluvias, esta capacidad es claramente insuficiente en un contexto de creciente demanda y cambio climático.
La crisis eléctrica no solo amenaza la economía ecuatoriana, sino que también plantea serias dudas sobre la transparencia y la intención detrás de las decisiones políticas. Esta crisis podría estar alineada con patrones observados en otras naciones de la región, donde el desmantelamiento de la infraestructura ha sido parte de un plan más amplio de control y colapso económico, generando preocupación sobre el futuro del país y su capacidad para salir de este ciclo. de crisis.