¿Cinismo o admisión de culpa?
Las reacciones del oficialismo y sus aliados ante la elección de magistrados del jueves pasado, evidencia el descaro en el intento de controlar el sistema judicial, expresa el constituyente Fernando Linares Beltranena, quien opina que Arévalo, su equipo y simpatizantes están «sub calificados», lo que garantiza su lealtad ante el Departamento de Estado estadounidense que por esto los colocó en el gobierno.
Redacción
Parece insólito pero es realidad. El editorial de La Hora calificó la elección de magistrados como «operación fallida», reconociendo abiertamente que el gobierno realizó «acuerdos» con «grupos que no cumplen su palabra». ¿Cinismo o ingenuidad? Para Linares Beltranena, es el simple reconocimiento de culpa que expresan Arévalo y sus alfiles, «políticos de doceavo puesto», que ni siquiera tienen pudor para ocultar que actuaron ni más ni menos que como todos los «operadores políticos» señalados en los casos de Comisiones Paralelas que impulsara CICIG-FECI.
«Nunca más cortes que no estén al servicio de la democracia, el estado de derecho y la construcción de un mejor futuro», escribió Arévalo en sus redes.
«Arévalo es político de doceavo lugar, porque es el que ocupaba en las elecciones, antes de que los gringos lo impusieran con fraude», dice el abogado, quien añade que también los asesores, equipo y coro del gobernante son de «doceavo puesto», ya que los izquierdistas del Departamento de Estado prefieren por mucho la lealtad a la capacidad y formación».
«Está sub calificado y por eso viaja frecuentemente para rendir pleitesía al extranjero. Pudieron colocar otro izquierdista, pero no les convenía alguien de alto nivel, como Manuel Villacorta, político de izquierda respetable que por ser empresario, culto e inteligente, no hubiera sido tan obediente como los gringos necesitan. Son macetas que nunca van a salir del corredor», agrega.
¿Cinismo? Más parece falta de conocimiento político, afirma Linares
Uno de tantos simpatizantes del oficialismo que expuso la posición del gobierno en redes, señala que los diputados oficialistas tenían «la responsabilidad de llevar a una CSJ exclusivamente al servicio del gobierno«. Tal afirmación, más que una expresión de apoyo, refuerza lo citado por Linares, ya que deja claro que para la izquierda gobernante, el poder judicial no es «el órgano encargado de impartir justicia, con independencia y potestad para juzgar», como manda la Constitución, sino debiera ser otro apéndice al servicio de un régimen subordinado al Departamento de Estado.
«Al Congreso lo dominan con dólares y amenaza de perder visas, otra versión de «pisto o plomo». Se dice que Todd Robinson vino con la maleta llena de dinero y no me extrañaría. Sabiendo que dieron cientos de millones a Irán, bien podría darles cinco millones a los diputados, aunque no lograron cooptar totalmente la CSJ, tal como pretendían. Ante este resultado, un político verdadero y fogueado, como Alejandro Giammattei o Sandra Torres, hubiera dicho: todo se hizo conforme a la ley y los resultados son legítimos. Un político capaz nunca hubiera aceptado la injerencia en la elección de magistrados, como están haciendo los izquierdistas. Estos, como son macetas que no pasarán del corredor, reconocieron su culpa y el papel ilegal que jugaron al negociar la elección, aunque no haya salido como querían», expone Linares.
Aunque el oficialismo logró nombrar a unos cuatro magistrados, «falta ver los resultados. Puede ser que no sean tan leales. No olvidemos que ellos estarán cinco años y a este mal gobierno le quedan tres. Además, el rumbo de la política podría cambiar en un mes, con las elecciones en Estados Unidos. Si Trump gana, llegará enojado por los atentados contra su vida y seguramente va a nombrar en el Departamento de Estado a un Secretario que podría drenar el pantano. Esto podría explicar la desesperación por tomar las cortes antes de las elecciones en EEUU».
«Si los magistrados entrantes resuelven mis amparos, el TSE no tendrá más remedio que reconocer la forma fraudulenta en la que se inscribió Semilla. Y de ser así, es posible que no debamos esperar tres años para ver irse a este gobierno sub calificado, que no pasa de zope a gavilán sin el apoyo de los izquierdistas demócratas», concluye Linares Beltranena, el ex diputado que derrotó al Departamento de Estado, Todd Robinson y sus subalternos locales, cuando quisieron imponer las reformas constitucionales.