Burocracia retiene mil toneladas de arroz donadas por Taiwán
En una citación del 21 de agosto, los propios funcionarios de Maga y Mides reconocieron que la entrega del donativo de mil toneladas de arroz aún no se ha realiza. La explicación oficial apunta a “procesos administrativos” y un acta firmada apenas el 20 de agosto, un argumento que refleja la incapacidad de la administración de Arévalo para responder con urgencia a una emergencia humanitaria.
Redacción
Casi mil toneladas de arroz donadas por el Gobierno de China-Taiwán en noviembre de 2024 siguen almacenadas en bodegas estatales, mientras miles de familias continúan padeciendo hambre. La razón: la maraña burocrática del gobierno de Bernardo Arévalo, que durante diez meses fue incapaz de entregar un alimento vital en plena crisis de inseguridad alimentaria.
El cargamento, equivalente a 949.92 toneladas, está repartido en depósitos de Fraijanes, Ipala, Los Amates e Izabal. La mitad fue asignada al Ministerio de Agricultura (Maga) y la otra al Ministerio de Desarrollo Social (Mides). Ninguna cartera ha iniciado la distribución, a pesar de que la Corte de Constitucionalidad ordenó al Ejecutivo garantizar la entrega inmediata.
“Ya pasaron diez meses desde la donación y la gente sigue con hambre. ¡Entréguenlo ya!”, exigió el diputado Jairo Flores, recordando que la Clasificación Integrada de la Seguridad Alimentaria por Fases (CIF) proyectaba que 2.4 millones de guatemaltecos estarían en crisis alimentaria este año.
El gobierno asegura que la distribución empezará en septiembre y podría tardar hasta dos meses, es decir, casi un año después de la llegada del donativo. Entre tanto, familias vulnerables sobreviven con uno o dos tiempos de comida al día, mientras la ayuda permanece bajo llave.
Diputados y organizaciones sociales cuestionan la ausencia de criterios claros y la falta de coordinación entre instituciones, síntomas de un Estado que, en lugar de priorizar la urgencia del hambre, se pierde en trámites y excusas.
La situación evidencia un fracaso político y administrativo que golpea directamente a los más pobres y deja en entredicho la promesa de un gobierno que dijo venir a transformar el país, pero que, hasta ahora, se muestra paralizado ante la crisis alimentaria.
