Bernardo Arévalo, viajero incansable
El primero que dijo «viajar es vivir» no fue el ex presidente Juan José Arévalo, sino el famoso escritor y poeta danés Hans Christian Andersen (1805-1875). Al ex mandatario se le atribuyó la frase, probablemente sacada de alguno de sus escritos, donde no se tomó el trabajo de citar al autor, y la inmensa mayoría de guatemaltecos repite que «el presidente Arévalo dijo viajar es vivir».
Independientemente de la autoría, nadie como el heredero de Arévalo para hacer realidad la frase, que actualmente es un lugar común. En las semanas que transcurrieron entre la primera vuelta y la toma de posesión, el recién electo (y en ese momento diputado), realizó varios viajes a Estados Unidos, según rumores, a buscar orientación sobre el rumbo a seguir.
Entre el 15 y el 24 de febrero, Arévalo emprendió una «gira por Europa» (así la definieron sus medios más afines). El recorrido inició en Alemania, donde acudió a una conferencia de seguridad, donde lógicamente debieron asistir los titulares de Gobernación, Defensa y oficinas de análisis e inteligencia.
Luego, asistió a Bruselas, donde la Comisión Europea de la UE lidia con los problemas de agricultores y otros. Esta visita parece una cortesía a los financistas, ya que Guatemala no debería tener absolutamente nada que hacer en una cumbre de países europeos, a menos que sea presentar pleitesía y pedir instrucciones.
Hoy, los medios informaron que se reunió en Francia con Macron, el nefasto totalitario que reprimió fuertemente al país de la libertad, obligándolos a someterse a un experimento médico (la vacuna contra el coronavirus), so pena del ostracismo y la pérdida de empleo. Ese tipo de política que tiene sus toques de eugenesia, hoy le cobra factura a Europa, donde proliferan los infartos, accidentes cerebrovasculares y síndrome de Guillain-Barre entre los inoculados. En 2023, la Comisión Europea (que Arévalo recién visitó), admitió unas 12 mil muertes espontáneas tras la vacunación de la droga experimental.
Hoy también se reunió con la directora de la UNESCO. Poco después, irá rumbo a Suiza, donde entre otros, se reunirá con el Comité Olímpico Internacional y finalmente, enfilará hacia España, para saludar al rey Felipe VI. Cada una de estas reuniones pudo ser prescindible y en caso de no serlo, pudo enviar a los representantes especialistas en los temas que se trataron.
Desde el gobierno de Vinicio Cerezo, apodado «Odiseo» por sus múltiples viajes y el yate que se compró con fondos del Estado, ningún jefe de gobierno había alzado las alas tan rápidamente, y mientras su gabinete no acaba de tomar forma. Los problemas que acechan a Arévalo son múltiples y van desde solicitudes de antejuicio en su contra, a la situación sui generis de su bancada en el Congreso, así como la decepción de sus votantes y gente que le hizo labor de hormiga durante la campaña, especialmente desde los «netcenter» en redes sociales.
El panorama nacional no pinta bien, pero ¿qué importancia puede tener eso, cuando «viajar es vivir», como dijo Andersen y citó (sin mencionar al autor), el primer Arévalo?