Barriletes gigantes: una tradición que une cielo, memoria y comunidad
Cada 1 de noviembre, los cielos de Sumpango y Santiago Sacatepéquez, se llenan de color con los barriletes gigantes, una de las manifestaciones culturales más emblemáticas de Guatemala.
Redacción
Esta tradición, que combina arte, espiritualidad y memoria colectiva, tiene décadas de historia y ha sido declarada Patrimonio Cultural de la Nación.
El origen de los barriletes se remonta al siglo XIX. Según los relatos locales, las comunidades comenzaron a elevarlos durante el Día de Todos los Santos para comunicarse con las almas de sus seres queridos. El vuelo del barrilete simboliza el vínculo entre el mundo terrenal y el espiritual.

Arte, identidad y cooperación
Cada año, las cofradías, familias y grupos comunitarios trabajan durante meses para elaborar estas impresionantes obras de arte.
Los barriletes pueden alcanzar más de 20 metros de diámetro, y están confeccionados únicamente con papel de china, caña de bambú y cuerda, siguiendo técnicas ancestrales transmitidas de generación en generación.

En Sumpango y Santiago Sacatepéquez, los campos se convierten en verdaderos museos al aire libre. Más allá de su vuelo, el diseño de cada barrilete comunica mensajes con temas que van desde la preservación del medio ambiente hasta la unidad familiar y la paz.
El Festival de Barriletes Gigantes ha trascendido fronteras, atrayendo a visitantes nacionales e internacionales que llegan para admirar la creatividad y la devoción de los artesanos locales.



