Arévalo publica su declaración patrimonial: ¿Transparencia o estrategia política?
En un movimiento inesperado, el presidente Bernardo Arévalo ha hecho pública su declaración patrimonial, un gesto que ha generado tanto aplausos como sospechas. A seis meses de haber asumido el cargo, Arévalo asegura no poseer ni un vehículo ni propiedades a su nombre, algo que ha dejado a muchos perplejos, considerando que ha sido visto utilizando vehículos en múltiples ocasiones.
Redacción
El domingo 14 de julio, Arévalo presentó su declaración de activos y pasivos, afirmando que su patrimonio total asciende a 724,614.27 quetzales, distribuidos en cuentas bancarias, alhajas, libros, equipo de oficina y acciones. Sus deudas suman 69,238.79 quetzales.
Esta transparencia sin precedentes fue presentada voluntariamente, aunque surge la duda: ¿es esta una estrategia para desviar la atención de problemas más graves que enfrenta su administración?
Desde el inicio de su mandato, Arévalo prometió transparencia. El 16 de enero de 2024, recién asumido el cargo, se comprometió a publicar su declaración patrimonial. Tras varias promesas y preparativos, finalmente la hizo pública.
Sin embargo, la falta de propiedades y vehículos en su declaración ha levantado cejas. ¿Cómo es posible que el presidente no posea bienes inmuebles ni un automóvil a su nombre?
Algunos críticos sugieren que la publicación de la declaración patrimonial puede ser una maniobra para mejorar su imagen en medio de las crecientes críticas hacia su administración. La situación vial en el país y la falta de apoyo legislativo para aprobar medidas cruciales como el decreto de estado de calamidad han puesto en duda la efectividad de su gobierno.
Según la Ley de Probidad y Responsabilidad de Funcionarios y Empleados Públicos, los presidentes deben presentar una declaración patrimonial ante la Contraloría General de Cuentas (CGC), pero no están obligados a hacerla pública. Arévalo ha ido más allá de lo requerido, pero las dudas sobre la integridad y la veracidad de su declaración persisten.
Mientras Arévalo busca proyectar una imagen de transparencia, su declaración patrimonial ha generado más preguntas que respuestas. La falta de propiedades y vehículos en su haber plantea interrogantes sobre la verdadera magnitud de su patrimonio y si se trata de una estrategia política para desviar la atención de las dificultades que enfrenta su gobierno.
La publicación de esta declaración patrimonial, en lugar de silenciar a los críticos, parece haber abierto un nuevo frente de debate sobre la honestidad y transparencia en la administración pública.