Arévalo incómodo al responder sobre contrato de US$943 millones con UNOPS
El mandatario califica de “espuria” la denuncia y evita pronunciarse directamente sobre el millonario convenio de 943 millones de dólares firmado con UNOPS, mientras la Contraloría confirma que no puede ser auditado.
Redacción
El presidente Bernardo Arévalo mostró evidente incomodidad al ser cuestionado sobre el contrato de 943 millones de dólares con la Oficina de las Naciones Unidas de Servicios para Proyectos (UNOPS), luego de que el titular de la Contraloría General de Cuentas (CGC) confirmara la denuncia que se presentó ante el Ministerio Publico.
Lejos de ofrecer datos concretos o asumir responsabilidad, el mandatario recurrió a un discurso repetitivo, defensivo y cargado de acusaciones hacia sus críticos. Calificó la denuncia presentada ante el Ministerio Público como “anónima y espuria”, y volvió a su narrativa habitual: culpar a una supuesta “pantalla de humo” creada por actores político-criminales.
“Todo esto es parte de una denuncia anónima y espuria… toda esta pantalla de humo para esconder la corrupción y su trabajo alrededor de la creación de impunidad, al servicio de todos estos actores político-criminales que a veces tienen también redes de comunicación”, declaró Arévalo, visiblemente incómodo.
“Entiendo que todo eso está bajo reserva. Entonces, creo que ni usted ni yo podemos saber qué es lo que dice la cuestión”, añadió, dejando sin respuesta las preguntas centrales sobre el proceso.
En lugar de aclarar los alcances del contrato con UNOPS o explicar cómo se manejan los recursos, el presidente se refugió en tecnicismos y en el argumento que “todos los contratos que firma el Estado son abiertos”.
La evasión fue evidente. Arévalo aseguró que “todo lo que hace su gobierno es transparente”, pero omitió mencionar cómo puede garantizarse esa transparencia si la Contraloría no puede auditar el convenio.
“Estoy segura que si usted solicita le pueden mostrar de qué contrato se trata”, agregó el mandatario.
También aprovechó para aclarar la relación de su hermano con la UNOPS, asegurando que no existe vínculo alguno con las operaciones en Guatemala:
“Mi hermano trabaja con la UNOPS desde hace ya más de 10 años, pero no tiene absolutamente nada que ver, ni remotamente, con las gestiones que se hacen a nivel Guatemala.”
Sin embargo, el mensaje presidencial sigue refugiándose como víctima de ataques políticos, pero su discurso se convierte en un escudo para evitar responder sobre un tema que involucra casi mil millones de dólares.
El mandatario habla de cortinas de humo, pero termina levantando una propia para ocultar la opacidad de un contrato que ni la Contraloría puede revisar.
La incomodidad de Arévalo refleja la falta de claridad en este millonario contrato y la rendición de cuentas que tanto prometió durante la campaña electoral.