Arévalo, en la toma de posesión del “delfín de Mujica”
Bernardo Arévalo asistió a la ceremonia de posesión de Yamandú Orsi, a quien la prensa llama “delfín” y “ahijado político de Mujica”. Lejos de los graves problemas que aquejan a Guatemala, el funcionario se reunió con sus pares del Foro de Sao Paulo para homenajear el retorno de la izquierda al Uruguay. Más cautelosa ante Trump, Sheinbaum no asistió y mandó a un representante.
Roxana Orantes Córdova
La izquierda, de la «moderada hasta la ultra», converge en el Frente Amplio de Uruguay, donde participan la Democracia Cristiana, el Partido Comunista y otras organizaciones izquierdistas que se autodenominan «moderadas» o de «centro» pero en la práctica mantienen su radicalismo.
Mujica es un ex guerrillero del grupo Tupamaros, organización que cometió ejecuciones, secuestros y asaltos a bancos, considera que el único defecto de Orsi es ser «demasiado bueno» y que «le tiene una confianza bárbara».
El pasado terrorista de Mujica, quien pasó catorce años en cárceles de su país, no impide que la prensa ultraizquierdista lo presente como un héroe y omite que la «persecución estatal» contra el líder tupamaro inició cuando este asesinó a un oficial de policía en 1971. La prisión se prolongó luego de dos fugas.
En 2014, Mujica legalizó la producción y venta de marihuana en su país. Calificó la acción como un «experimento de vanguardia mundial» y criticó a «los viejos» por oponerse.
En diciembre de 2024, Lula da Silva, quien estuvo preso en Brasil durante tres años, señalado de aceptar sobornos de una constructora, y Gustavo Petro, conocido como integrante del grupo narcoguerrillero FARC, visitaron a Mujica y lo condecoraron, con las distinciones más altas de sus respectivos países.
Este es el contexto político del evento al que asistió Arévalo, a quien se vio bastante cercano a los países que integran el Foro de Sao Paulo, grupo fundado por Fidel Castro y Lula da Silva, el cual pretende desmontar la cultura cristiana en Hispanoamérica, para instalar sociedades dictatoriales, comandadas por líderes populistas que terminan subsidiando la miseria con asignaciones monetarias para los menos favorecidos, sin que esto saque de la miseria a la mayoría pero logrando que el Estado se endeude mucho más con esas prácticas populistas, al tiempo que consiguen una masa acrítica que en los primeros períodos del gobierno vota por ellos y un par de lustros después, migra en masa, tal como sucede en Venezuela.
Además de Lula y Petro, Gabriel Boric estuvo presente en la ceremonia, y aparece cercano a Arévalo. Es preciso recordar que durante la campaña electoral, Boric compartió con Arévalo a su asesor de comunicación, Francisco Villarroel, presidente de una firma que tiene entre sus mayores logros:
“La exitosa precampaña comunicacional de recolección de firmas” que consiguió inscribir a Convergencia Social en tiempo record”.
Entre el grupo de progresistas, comunistas y globalistas, no podía faltar la presidente hondureña Xiomara Castro, otra aliada cercana de Arévalo, a quien se ve en la fotografía. Castro, al igual que Arévalo, visitó a Mujica en su casa, debido a que el ex mandatario tiene problemas de salud.
Así como los ultraizquierdistas y comunistas, representantes del globalismo, como el rey de España, asistieron a la toma de posesión.
Poco antes del evento, Orsi se había reunido con Luis Almagro, Felipe VI y la vicepresidente segunda del gobierno de España; Lula, Boric y Petro.