Arévalo decreta Estado de Prevención en Nahualá y Santa Catarina Ixtahuacán
Tras casi un día de enfrentamientos armados y una creciente presión pública, el presidente Bernardo Arévalo apareció finalmente en conferencia de prensa para anunciar la declaratoria de Estado de Prevención por 15 días en los municipios de Nahualá y Santa Catarina Ixtahuacán, en Sololá.
Redacción
Sin corbata, con vestimenta desalineada y una expresión de preocupación que rozó la teatralidad, Arévalo reforzó una estrategia cada vez más centrada en la puesta en escena y la narrativa en redes sociales, que en un intento por resolver la crisis, pese a una realidad marcada por muertos, desaparecidos y comunidades sitiadas.
El anuncio del Estado de Prevención llega además en un contexto sensible: pobladores habían exigido horas antes la salida de elementos del Ejército, mientras el Gobierno insiste en que la presencia militar fue solicitada por comunidades.
El mandatario afirmó que los hechos constituyeron un ataque directo y deliberado contra una base militar, atribuido a redes criminales armadas, y defendió la decisión como una medida para garantizar la “máxima presencia del Estado” en la zona.
No obstante, horas antes el propio Ejército había informado que los enfrentamientos se produjeron tanto entre grupos rivales como contra el destacamento militar, una diferencia que expone inconsistencias en la narrativa oficial.

En la conferencia, Arévalo también aseguró no haber escuchado declaraciones directas del alcalde de Nahualá, lo que plantea dudas sobre cómo ha evaluado y comunicado el Gobierno la situación sobre el terreno y su coordinación con las autoridades locales. El alcalde de Nahualá, Manuel Guarchaj Tzep, había expresado preocupación por la violencia, afirmó que los bloqueos en la ruta Interamericana buscaban llamar la atención de las autoridades y lamentó el manejo “muy lento” del Estado para responder a la crisis, incluso relatando que comunidades habrían sido atacadas sin que el Ejército detectara el suceso oportunamente.
¿Qué implica el Estado de Prevención?
Durante los 15 días de vigencia, esta medida restringe derechos constitucionales sin llegar a un estado de excepción total. Entre sus principales efectos están:
Limitación de manifestaciones, reuniones y concentraciones públicas.
Prohibición de portar armas, salvo fuerzas de seguridad.
Restricción en la venta y consumo de bebidas alcohólicas.
Facultad del Estado para disolver reuniones consideradas una amenaza al orden público.
Las restricciones se imponen en plena época navideña, afectando actividades comunitarias, religiosas y comerciales, lo que ha generado inquietud entre los habitantes de la región.
Aunque Arévalo aseguró que este conflicto “ha sido abordado desde hace meses” para preservar la paz entre ambas comunidades, los hechos evidencian que las medidas preventivas fracasaron, y que la respuesta del Ejecutivo llegó solo después de que la violencia escaló y la presión pública se volvió insostenible.
En estas dos comunidades de Sololá, el Estado vuelve a imponerse a posteriori, mientras persisten dudas sobre la efectividad real de la estrategia y sobre si la prioridad es recuperar el control territorial o construir un relato político que maquille la tardía reacción oficial.









