Adidas cumple 75 años: cómo las tres tiras se convirtieron en icónicas
Cuando el estadounidense Noah Lyles ganó el oro olímpico en París el 4 de agosto y se convirtió en el hombre más rápido del mundo, el triunfo fue también celebrado en una pequeña ciudad alemana de Herzogenaurach, cercana a Núremberg, en el sur de país.
Por dpa/EP
Por primera vez desde 1996 un atleta con zapatillas de Adidas ganaba la presea dorada en la final olímpica de los 100 metros. Y eso justo el año en el que el gigante de artículos deportivos celebra sus 75 años.
El 18 de agosto de 1949, el legendario fundador de la empresa Adolf «Adi» Dassler incluyó su «Adolf Dassler Sportschuhfabrik» (Fábrica de calzado deportivo de Adolf Dassler) en el registro comercial, pocos meses después de su hermano Rudolf («Puma»), del que se había separado en una encarnizada pelea.
Los dos juntos habían creado en 1924 un emprendimiento que fabricaba calzado. De haber prosperado, este año cumpliría los 100 años. En Herzogenaurach, donde se encuentra la sede de ambas empresas, están covencidos de que la competencia en el mismo lugar hizo posible el éxito de ambos actores globales.
En 1928, Lina Radke ganó la medalla de oro en los 800 metros de los Juegos Olímpicos con zapatillas de Dassler. Le seguirían muchos otros atletas.
Adidas experimentó un crecimiento vertiginoso. Hoy en día la empresa emplea a 59.000 personas en los cinco continentes y el año pasado facturó 21.000 millones de euros (23.000 millones de dólares).
En dicha evolución, le ayudaron muchas casualidades. Que las tres tiras en los laterales, que Dassler colocó en sus zapatos para estabilizar el pie, se convertirían en un símbolo de marca icónico es algo que seguramente nunca imaginó.
Pero también fueron la tenacidad y el empeño del empresario de posguerra los que hicieron grande a la marca deportivo. Cuando la selección alemana de fútbol concretó en 1954 el legandario «milagro de Berna», Dassler estaba en la cabina y controló el ajuste de los nuevos botines con tapones, que ayudaron a Helmut Rahn y compaía a alzarse con la Copa del Mundo en la final ante la favorita Hungría.
Como casi ningún otro fabricante, Adidas logró sacar productos que marcaron el espíritu de época de generaciones enteras. En el legendario concierto Band Aid en Londres, Freddie Mercury llevaba zapatillas de lucha libre con las tres tiras. Madonna se presentó en botas de Adidas.
Calzados como el «Handball Spezial» o el renacido con la ola retro «Stan Smith» dinamitaron las fronteras de las disciplinas deportivas para las que habían sido creados. Hoy son modelos como «Samba» o «Gazelle» los que dejan huella en la moda mucho más allá del deporte.
La actual dirección en torno al director general Bjorn Gulden, traído de Puma, se beneficia del prácticamente inagotable archivo de Adidas. A cambio, los problemas cotidianos se volvieron más complejos en el marco de la globalización y el crecimiento a nivel mundial.
Decisiones equivocadas durante la pandemia, mercados fluctuantes como el de China o problemas con mensajeros de marca polémicos como el rapero Kanye West le generaron dificultades a la empresa.
En 2023, se registraron pérdidas por primera vez desde 1992. En los años 80 la empresa incluso estuvo a punto de quebrar. Habían fallecido en poco tiempo la viuda de Dassler, Käthe, y su hijo Horst. No fue hasta que el francés Robert Louis-Dreyfus llevó la compañía a la bolsa en 1995 cuando las cosas volvieron a funcionar.
Una decepción reciente fue que la selección alemana eligiera como proveedor al estadounidense Nike tras décadas de cooperación con Adidas.
Por eso, entre otras cosas, Gulden quiere volver a apostar a disciplinas más pequeñas en vez de a las más populares como el fútbol, el atletismo o el baloncesto, entre ellas algunas nuevas como el breaking o el BMX.
En los Juegos de París, Adidas equipó a diez equipos olímpicos. En el futuro, podrían ser más. Con el Comité Olímpico Alemán se firmó contrato hasta 2032. Y también la Federación Alemana de Hockey se comprometió a largo plazo.