Maduro el sátrapa y la resistencia libertaria en Hispanoamérica
Por Julio Abdel Aziz Valdez
¿Quién diría que hasta los gobiernos de izquierda elegidos en procesos electorales se están alejando de él? Tal es el hedor que despide su régimen que ni aun aquellos que lo alabaron en alguna oportunidad ahora no se pueden tomar la foto cerca.
Me gustaría pensar que lo fraudulento de las elecciones que le dieron la victoria, fue tan burdo, que los mandatarios como Boric, Petro, Lula y no digamos Arévalo han tenido que aceptar que el fundamento de la democracia ha sido mancillado, es obvio que la voluntad del ciudadano no ha sido respetada, y detrás de el puede irse, como las aguas negras en él retrete, todos aquellos que manejan el mismo discurso colectivista pro Estado.
No me queda mas que agradecer, al menos, que en este momento estos presidentes no hayan cometido la locura de darle el apoyo a este señor que se ha erigido como el nuevo dictador progresista, feminista, indigenista y LGTBIQ+ del continente.
Mientras tanto Ortega, Díaz Canel aún son los remanentes del sovietismo que al parecer no se fue de la región una vez bajaron la bandera con la hoz y el martillo de la Plaza Roja en Moscú. Coincido en asegurar, y ojalá pudiera equivocarme, que Maduro se quedara en el poder, con respaldo completamente disminuido, pero teniendo las armas en la mano esto no es necesario, ha aprendido mucho de los cubanos y nicaragüenses, igualmente me gustaría creer que Edmundo y Corina resistirán, pero si se mantienen en el exilio, su llama se ira apagando poco a poco. La lección a aprender es para todo el continente, incluyendo a Estados Unidos y Canadá, y es que la izquierda es por definición totalitaria, y la razón por la que la izquierda institucional en Colombia, Chile, México, Brasil, Honduras y Guatemala no están apoyando, abiertamente, es porque sus propios proyectos tambalean y asociarse con un sátrapa más que sumarles les resta credibilidad.
Ahora es el tiempo de traer de nuevo a la palestra, no solo los valores máximos de la república y la democracia, sino de importancia de generar proyectos políticos liberales. No se trata de sustituir un gobernante corrupto de izquierda por otro de derecha, el objetivo no es cooptar el poder del Estado para generar nuevos millonarios del erario público, la idea es llevar a cabo una transformación profunda del Estado que parte de la disminución radical del mismo, combatir el colectivismo, la cultura Woke (feminista y LGTBIQ+) y en el caso de los países que sufrimos los embates de guerrillas comunistas y gobiernos autoritarios, la narrativa victimista anti histórica.
El cumulo de ideas que llevaron a Chávez, Maduro, Ortega y a Evo al poder siguen vivas, florecen en medio de la inacción y parsimonia de los que dicen defender la libertad, pero cuando esta es aplastada simplemente callan. La batalla de las ideas es la batalla para que el socialismo, como idea, no se instale y se reproduzca como yerba mala.
Cuando vean una manifestación o proclama de CODECA, de los 48 Cantones o las alcaldías indígenas, vean ahí a Maduro porque en efecto ahí es donde florece ese pensamiento, cuando oigan a políticos exigiendo el aumento de impuestos para más proyectos para los “pobres, desamparados y marginados” ahí está el pensamiento colectivista y estatista, ahí está Maduro, cuando se piden más y más privilegios por razones de género, etnia o condición social, ahí está floreciendo el socialismo, y antes de que me digan que esta es la defensa típica de la derecha contra los pobres, mujeres e indígenas, es necesario por enésima vez recalcar que Maduro, Ortega, Diaz Canel y todos los que los defienden a capa y espada no representan ni a los pobres, y menos aún a mujeres o indígenas, solo representan delirios de poder absoluto y para ello utilizan la ignorancia predominante, y el clientelismo, la dadiva, o la limosna. Eso es contra lo que debemos combatir como ciudadanos.